España y Australia se enfrentaban en la gran final de los Juegos Olímpicos después de haber ganado todos sus compromisos anteriores. No era lo único que unía a ambas, ya que también vencieron a través de los penaltis en semifinales (a Países Bajos y a Estados Unidos respectivamente). No faltaban alicientes para seguir este más que atractivo partido en La Défense Arena de París, donde ambos equipos fallaron en sus ataques inaugurales.
Alice Williams se estrenó con un tanto de penalti y Paula Leiton se convirtió en la principal culpable de que el marcador se invirtiera en cuestión de minutos. En el lado contrario, Martina Terré, una de las grandes heroínas ante las neerlandesas, desesperaba a las rivales gracias a su recital de intervenciones (15 en total). Lo que no pudo evitar fue el empate, otra vez obra de la mencionada Williams, para establecer el 2-2.
Un solitario gol de Mayca García rompió la igualdad en el segundo cuarto, un tramo en el cual Terré mantuvo la portería a cero -por sus apariciones estelares y, también, la intensidad defensiva de sus compañeras-. Luego, durante el arranque del tercero, Bea Ortiz estiró la ventaja con un soberbio hat-trick y aumentó la brecha (3-6). Tras lo visto frente a la Oranje, que salvó un 1-6 en contra gracias a un parcial similar, ninguna ventaja se presentaba definitiva.
El último período arrancó con un 5-7 favorable a las de Oca, que tenían como principal objetivo esquivar los fantasmas del pasado e ignorar ese miedo que suele castigar a quienes aspiran a lograr algo inédito. Bea, Mayca y Espar se encargaron de alejarlos en un duelo con escaso protagonismo ofensivo para Forca, una de las grandes estrellas de una selección que llegó a la conclusión sin la tensión y el nerviosismo del pasado jueves (9-11).