"Nuestro equipo está entre los que han decidido abandonar" la prueba "después de varios incidentes que involucran vehículos motorizados autorizados en el recorrido. Es inaceptable", indicó la formación belga Soudal Quick-Step, cuyo corredor francés Paul Magnier ocupaba el liderato.
Los equipos Ineos, Lidl-Trek, Uno-X y EF Education también se han retirado.
"La seguridad de nuestros corredores es prioritaria y valoramos que no está suficientemente asegurada", insistió la formación Lidl-Trek.
Una escapada formada por tres corredores abría la carrera en la tercera etapa del viernes pero el pelotón tuvo que detenerse a las 12:30 horas locales, cuando un vehículo apareció en sentido contrario en una rotonda.
Los corredores designaron a tres representantes para hablar con la dirección de carrera y los comisarios de la Unión Ciclista Internacional (UCI).
Pese a las protestas de varios equipos, se dio una nueva salida a las 13:49 horas en la bajada de un puerto, acortando de paso la etapa en 27 km.
Sin embargo, varios equipos mostraron su desacuerdo con retomar la carrera y decidieron volver directamente al autobús.
El enfado se debe en especial a que la víspera, durante la segunda etapa, hubo otro incidente similar, a 20 kilómetros de la meta. Un coche apareció en sentido contrario, entre una escapada de cuatro corredores y el pelotón.
El coche reculó hacia una carretera perpendicular, pero el daño ya estaba hecho: la ralentización provocó una caída y el belga Maxim Van Gils (Red Bull-Bora), gran favorito a hacerse con la victoria final el domingo, tuvo que abandonar después.