El año pasado, Flashscore Francia señaló a Emma Navarro como una jugadora a seguir en el circuito WTA. Era lógico después de un comienzo de temporada de calidad, pero la estadounidense sólo mostró un pequeño porcentaje de su talento. Después ganó unos cuartos de final en Wimbledon, unas semifinales en el US Open y unos cuartos en el Open de Australia para colarse entre las 10 mejores. Una buena elección.
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Esta vez toca fijarse en otra estadounidense: Peyton Stearns. Una elección bastante obvia, dados sus progresos de cara a la semifinal que disputará hoy en el WTA 1000 de Roma contra la ídolo local Jasmine Paolini. Pero, sobre todo, es una confirmación más de la increíble capacidad de Estados Unidos para producir regularmente jugadoras de talento.
No es casualidad que actualmente haya cuatro estadounidenses en el Top 10(Coco Gauff, Jessica Pegula, Madison Keys y Navarro). Durante mucho tiempo, demasiado, Estados Unidos no tuvo que preocuparse por Serena Williams. Con 23 torneos de Grand Slam en su haber, la reina aportó su buena dosis de éxito a un país acostumbrado al triunfo (más aún si se añaden los 7 que ganó su hermana mayor Venus Williams).
Pero entonces las hermanas Williams se marcharon, y el país tuvo que reinventarse. Así que Estados Unidos fomentó la aparición de todo tipo de jugadoras. Jóvenes promesas como Gauff, tardías como Pegula, pero sobre todo, la cantera de la NCAA empieza por fin a dar sus frutos. El tenis universitario es una disciplina complicada en cuanto a su existencia frente al deporte rey, y con la aparición de internacionales, como en baloncesto por ejemplo, es una lucha por salir victorioso de los campeonatos universitarios. Sin embargo, eso es exactamente lo que han conseguido Emma Navarro (2021) y Peyton Stearns (2022), preludio de su irrupción en el circuito WTA en un espacio de tiempo relativamente corto.
Pero tuvo que aprender por las malas, en el circuito ITF. Donde cada partido es una batalla aún mayor que en el circuito WTA. Rápidamente acumuló una serie de títulos y cuando, en febrero de 2023, consiguió su quinto, un W60 en Georgia (en Roma, de todos los lugares), había llegado el momento de lanzarse a tiempo completo en el circuito WTA.
Un mes después, ya era finalista de la WTA 250 en Bogotá. Venció a la ex semifinalista del Abierto de Francia Tamara Zidanšek. Sin embargo, aún demasiado joven, perdió ante la veterana Tatjana Maria, cuyo juego es capaz de desbaratar a cualquier jugadora. No obstante, se intuía la aparición de un gran talento.
Un gran saque, una gran derecha y una gran paciencia con sus golpes. Stearns tiene un gran sentido del juego, y no es casualidad que se encuentre a gusto en tierra batida, ya que es capaz de variar su juego a la perfección. Pero si tenemos que destacar un aspecto, es su resistencia y su increíble fuerza física.
El año pasado, ganó su primer (y único hasta la fecha) título WTA, en el WTA 250 de Rabat... sobre tierra batida. Todo ello tras unos cuartos de final de 2 horas y 50 minutos y unas semifinales de 3 horas y 18 minutos. Pero esta semana, en Roma, ha marcado un hito con una actuación sin precedentes en el circuito WTA. Desde octavos de final hasta cuartos, dominó a Madison Keys, Naomi Osaka y Elina Svitolina, pero sobre todo, ¡se convirtió en la primera jugadora de la historia en ganar tres partidos seguidos en el tiebreak del tercer set en la Era Open!
Tres victorias contra tres grandes del WTA Tour y una actuación perfecta en el dinero: está claro que la estadounidense ha aprendido la lección. Entonces, ¿por qué han tenido que pasar dos años entre esa primera final y su primer gran resultado en un torneo de alto nivel? A pesar de este primer título en Marruecos, su año en 2024 ha sido muy pobre.
Dos eliminaciones en primera ronda en cuatro torneos de Grand Slam, un total de 25 victorias y 23 derrotas, y aparte de este título y unos cuartos de final en el WTA 1000 de Toronto, no mucho que mostrar. El juego no acaba de cuajar, con demasiados errores y poca confianza. Una cuestión que se planteó en el último Abierto de Australia, donde sufrió una increíble derrota... tras 3 horas y 22 minutos de batalla... contra Emma Navarro... ¡!
Todo ello tras ir ganando 5-3 en el último set y servir para el partido, antes de perder cuatro juegos seguidos y el partido. Un partido en el que cometió nada menos que 57 errores no forzados (con los 59 de Navarro, se pueden imaginar el partido). Estuvo muy cerca de esa victoria de referencia contra una jugadora del Top 10, que finalmente llegaría al mes siguiente contra Qinwen Zheng en Dubai.
Pero lo que claramente prefiere es la arcilla roja. Tras una gira americana increíblemente decepcionante en pista dura, ha vuelto al ladrillo. En Madrid, un 8ᵉ final que sólo pudo detener la propia Aryna Sabalenka. Y luego, esta carrera resistente en Roma, para su primera semifinal WTA 1000 contra Jasmine Paolini, una de las nuevas referencias de la gira WTA.
Una vez más, será un choque de estilos. Pero no importa, el torneo ya ha sido un éxito, y la estadounidense será el lunes la peor 26ᵉ del mundo (23ᵉ si llega a la final, 18ᵉ si gana el título). El progreso se materializa por fin en términos contables. A sus 23 años, Peyton Stearns está a punto de explotar y, dadas las cualidades vislumbradas, bien podría dar la sorpresa y convertirse en la nueva estadounidense a seguir. Roland Garros será la prueba de fuego para ella, y si mantiene este impulso, atentos a una sorpresa en la Porte d'Auteuil...