Era esperado encontrar a Lorenzo Musetti en el lado de Alcaraz del cuadro, sin embargo él o Jannik Sinner, caerán en cuartos, dado el estado de forma de ambos, que hasta ahora han ido de vacío.
Lorenzo contra Munar demostró que ha llegado a lo más alto incluso sobre terreno duro. Ciertamente, el español es otro jugador de tierra batida, pero la facilidad con la que ganó 6-3, 6-0, 6-1, la superioridad sobre la pista fue tan clara que hace que uno se dé cuenta de lo mucho que ha progresado el jugador de Carrara en el último año. Solidez mental, técnica ahora perfecta, también ha madurado físicamente. Su saque aún no está en lo más alto, pero Lorenzo es ahora un tenista completo, y no es casualidad que esté entre los 10 mejores de la ATP.
Hablar de Sinner, en cambio, sería casi pleonástico, puesto que ya se han gastado y se gastan ríos de palabras sobre el número uno del mundo. Sin embargo, algo se puede decir de su estado de forma, fundamental incluso después de su retirada por un virus en la final de Cincinnati. Si el sur tirolés había parecido lejos de sus mejores momentos contra un jugador duro como Shapovalov, contra Bublik estuvo sencillamente impresionante.
Quizá podría argumentarse que el histriónico jugador kazajo no jugó su mejor partido, pero lo cierto es que con esa velocidad y esos golpes profundos Sinner le aniquiló, anulando todas sus armas, sus posibilidades de variación. Seguro que Bublik le ayudó con un mal saque, que en realidad sería una de sus armas más letales, pero probablemente la frustración pudo con él. Un 6-1 6-1 a un tenista que hasta ahora no se había tomado ni un solo respiro en este Us Open habla por sí solo.
Sinner-Musetti es un enfrentamiento de estilos, las variantes del jugador de Carrara contra el juego chirigotero de Sinner que martillea en profundidad y no le permite intentar un break, algo de esto sabe Bublik, que se ha visto reducido a jugar bolas cortas desde la línea de fondo con pobres resultados. Además, el número 1 contra el kazajo parece entrar mejor (58%) con efectos demoledores (81% de puntos ganados), algo que hasta ahora le había faltado un poco. Lorenzo intentará jugar el slice para molestarle, pero al final en esta superficie contarán el saque y la derecha, dos armas en las que Sinner tiene cierta ventaja sobre Musetti.
Al del Tirol del Sur siempre le han molestado los jugadores menos planos, y Musetti es precisamente uno de ellos, con sus golpes cortados y ese espléndido revés a una mano, pero también lo era Bublik en teoría. Sí lo fue sobre la hierba de Halle, donde se hizo con la victoria en 2025, así como en 2023 por retirada, pero aquí no pudo hacer nada.
Sinner nació como tenista de pista dura y por mucho que haya mejorado en otras pistas, como demuestra su victoria en Wimbledon pero también la final que perdió por los pelos ante Alcaraz en Roland Garros, el cemento sigue siendo su patio trasero, su cálida y mullida alfombra donde relajarse, en definitiva, sobre cemento es una máquina de guerra que apenas se atasca.
Y es que su juego rápido y profundo es ideal para esta superficie, y semejante bombardeo es difícil de resistir. "Yo no soy malo, pero tú eres demasiado bueno", dijo un Bublik con una media sonrisa entre asombrado y frustrado al final del partido. Y antes del partido había lanzado un chiste: "Sinner parece creado por la inteligencia artificial". No se equivoca, porque el surtirolés, como una inteligencia artificial, aprende de los errores y se modifica hasta la perfección.
Musetti, en cambio, es puro talento, clase, elegancia, es hermoso verle jugar, un tenista de antaño como su revés a una mano. En una palabra: el tenis de antaño que ya no existe. El partido de esta noche es una comparación de estilos de dos épocas diferentes, aunque Lorenzo (23) sea incluso un año más joven que Jannik (24). Forzando la comparación con tiempos pasados, podríamos decir: el tenis de Lendl con el de Edberg.