"Para serte sincero, ya no disfruto los Masters de dos semanas," dijo Djokovic al hablar con la prensa antes del inicio del US Open el domingo, el último Grand Slam de 2025.
"Simplemente son demasiado largos para mí. Mi prioridad está sobre todo en los Grand Slams, y eso ya lo he dicho antes. Pero también me gustan otros torneos. Me gustaría disputar más de esos torneos, pero, si lo piensas, ahora tenemos, de manera informal y no oficial, 12 Grand Slams al año. Un Grand Slam dura dos semanas y los otros Masters casi lo mismo".
Con 38 años, el serbio reconoce que sus prioridades han cambiado en esta etapa final de su carrera.
"Ya no estoy persiguiendo el ranking ni sumando puntos o defendiendo, etcétera," afirmó Djokovic. "Ya no pienso en eso. Para mí, se trata de dónde encuentro la motivación y la alegría. ¿Dónde me inspiro para jugar mi mejor tenis? ¿Y dónde realmente quiero estar y competir?"
Ahora que la familia ocupa un lugar central en su vida, Djokovic comentó que está menos dispuesto a perderse momentos importantes a nivel personal. Señaló que el cumpleaños de su hija es el 2 de septiembre, justo cuando podría estar disputando los cuartos de final del US Open. "Pero ese tipo de cosas ya no quiero perdérmelas", aseguró.
Lanzando la primera bola
Djokovic, quien siempre ha defendido la participación de los jugadores en temas como el calendario y la compensación, considera que no ve posible que los Masters 1000 —que este año pasaron de una semana a 12 días— vuelvan al formato anterior.
Canadá y Cincinnati, en la previa del US Open, se convirtieron este año en torneos de 12 días.
"Al final, cuando los jugadores debían estar activos y era momento de negociar y tomar decisiones, no participaron lo suficiente," explicó.
Djokovic no ha vuelto a competir desde su derrota en semifinales ante el actual número uno del mundo, Jannik Sinner, en Wimbledon en julio. Reconoció que llega "frío" en cuanto a ritmo de partidos, pero aseguró que ha estado entrenando duro con la mira puesta en regresar a las últimas rondas del US Open. Con cuatro títulos en Flushing Meadows, Djokovic sufrió su eliminación más temprana en un Grand Slam desde 2017 al perder ante el australiano Alexei Popyrin en la tercera ronda del torneo del año pasado. Pero esta semana Djokovic también ha aprovechado para conocer Nueva York, lanzando incluso la primera bola ceremonial en un partido de los New York Yankees.
"Fue una gran experiencia," comentó Djokovic, quien además conoció al bateador de los Yankees Aaron Judge. También consideró que su lanzamiento estuvo a la altura. "No lancé tan preciso, pero creo que no fue tan vergonzoso como el de otros que he visto antes."