Semifinales complicadas en la capital nipona que el número 1 del mundo supo resistir para citarse en la final de mañana (11.00 horas) contra Taylor Fritz.
Carlos Alcaraz se presentó a las semifinales del ATP 500 de Tokio algo adormilado. Tanto fue así, que en la primera manga no fue capaz de convertir ninguna de las cuatro bolas de break de las que dispuso y en el 5-3 entregó a Casper Ruud la única que generó.
En dicha tesitura, el español acabó hincando la rodilla en un acto de apertura que concluyó 6-3 a favor de su rival noruego en 46 minutos, obligándole a remontar en los siguientes dos episodios.
Captó el aviso Carlitos y pisó el acelerador, acertando mucho más en los golpes y rompiendo el servicio del nórdico a la primera de cambio, para colocarse 2-0 y hacerse la vida un poco más fácil. Desde ese momento, el intercambio de golpes se sucedió y el de El Palmar se llevó el set por 6-3.
La definición del encuentro quedó emplazada a la tercera y definitiva manga. Quien ganase obtendría una plaza junto a Taylor Fritz en la final del certamen nipón.

El peor momento de Alcaraz llegó con 2-1 abajo y dos bolas de rotura en contra. Sin embargo, salvó la papeleta, igualó l marcador y en el siguiente juego obtuvo un decisivo break. Cosas de genios: sacan lo mejor en las situaciones más adversas.
Espoleado por ese pequeño triunfo, el español se dio el gusto de sacar su magia en los siguientes juegos, con voleas espectaculares, hasta conseguir vencer el duelo gracias a un parcial de 6-4. Será la décima final del murciano en 2025.