Por tercera vez en su carrera, Zverev salió victorioso sobre la arcilla de Múnich, después de sus títulos en 2017 y 2018, aunque este año el torneo ha pasado a categoría 500, la tercera de mayor importancia en el circuito ATP por detrás de los Masters 1000 y los Grand Slam.
Estancado sin buenos resultados desde su final del Abierto de Australia perdida a finales de enero en Melbourne contra el italiano Jannik Sinner, el germano había perdido su puesto como segundo clasificado en favor del español Carlos Alcaraz.
Pero a lo largo de esta semana en el norte de la capital bávara, Sascha ha ido encontrando la forma ronda a ronda, con un intenso duelo en cuartos de final contra el neerlandés Tallon Griekspoor de tres horas y cuarto de duración.
El domingo, en la final, Alexander no tuvo ninguna bola de break en contra y tan solo necesitó 72 minutos para vencer a Shelton, ofreciendo una exhibición a los cerca de 6.000 espectadores.