Navarro, primera cabeza de serie en el torneo, se impuso a Arango, número 133 del mundo, en 55 minutos de juego.
La estadounidense salió a la pista y mostró un saque sólido en el primer juego, a pesar de la combatividad que ofreció su rival, quien propició buenos intercambios con su devolución.
En su primer turno al servicio, la sudamericana estuvo errática y sufrió pronto el primer rompimiento. La norteamericana logró una ventaja tempranera de 2-0.
La colombiana se veía más competitiva devolviéndole el servicio a su rival, pero tenía más complicaciones al momento de sacar. La estadounidense fue más eficiente en ambas facetas, y pronto ya estaba 4-0 arriba en el marcador.
Emma se vio dominante imponiendo condiciones desde el fondo de la cancha, exigiendo cada vez más a su adversaria, y tras lograr el tercer rompimiento se llevó la primera manga en menos de media hora.
Victoria cómoda y solvente
Comenzó el segundo set y Arango no mostró recursos para contrarrestar los potentes tiros de la norteamericana, quien, decidida a resolver el partido con prontitud, logró el cuarto quiebre para tomar una ventaja de 2-0.
Con destellos aislados, combinados con algunas fallas ligeras de E. Navarro, la cafetera ofrecía resistencia, pero no pudo evitar verse abajo 4-0 con el quinto quiebre en contra.
Con un servicio muy consistente, la neoyorquina no permitió respuesta y aumentó la ventaja a 5-0 para llevarse después el set, el partido y el campeonato con su sexto rompimiento.
Navarro convirtió los seis puntos de quiebre en 10 oportunidades y ganó el 76% de los puntos que disputó con su primer servicio, superando en ese renglón con claridad el 30% de E. Arango.
La gran triunfadora ganó también el 63,6% de los puntos disputados con su segundo saque; la sudamericana, un 27,8%.
Para la raqueta norteamericana de 23 años, el Abierto de Mérida es el segundo título de la WTA en su trayectoria y el primero en categoría 500. El anterior fue el torneo 250 de Hobart en 2024.