16 equipos, divididos en cuatro grupos, se enfrentarán desde el viernes hasta el 27 de noviembre, cuando se dispute la gran final en el santuario de Twickenham, partido para el que ya están vendidas las 80.000 localidades.
Eso significa que será el partido femenino de rugby con mayor asistencia de la historia, superando los 66.000 espectadores registrados en la final olímpica de París hace un año.
En la otra edición organizada por Inglaterra, la final en la que Nueva Zelanda derrotó a las anfitrionas se disputó en el Twickenham Stoop (un pequeño estadio anexo al templo londinense del rugby) ante 13.000 espectadores.
Récord de asistencia
En total, la organización ha vendido ya 375.000 entradas, es decir, más del doble que en la edición precedente en Nueva Zelanda, de ellas 40.000 para el partido inaugural el viernes en Sunderland, entre Inglaterra y Estados Unidos.
Es señal también del entusiasmo con el que vive Inglaterra este torneo, en el que las Red Roses aparecen como grandes favoritas tras una racha de 24 victorias consecutivas en los últimos tres años.
Las inglesas, que cuentan con dos títulos mundiales (1994 y 2014), tendrán como gran rival a Nueva Zelanda, el equipo que las ha derrotado en cinco finales (1998, 2002, 2006, 2010, 2017 y 2021) y que defenderá la corona ganada hace cuatro años en el país oceánico.
El torneo debe revelar también las diferencias de nivel entre las potencias, especialmente el mencionado equipo británico, que cuenta con el mejor campeonato del mundo, y la gran mayoría de países participantes que, como Brasil, dispone de jugadoras que ni siquiera son profesionales.
Oportunidad de negocio
Pese a estas diferencias, la competición debe acelerar el desarrollo de la práctica del rugby de mujeres, que ya experimenta un gran crecimiento: cerca de la mitad de los aficionados a este deporte en el mundo se interesan por esta disciplina desde hace solo dos años, según un sondeo de la federación internacional publicado el lunes.
"El rápido auge del número de aficionados al rugby femenino no es sólo un cambio cultural, sino también una oportunidad comercial que puede definir el futuro de este deporte", se felicitó World Rugby, pese a que la mayoría de federaciones nacionales deben hacer frente a dificultades financieras.
Brasil, que participa por primera vez en un Mundial, será el único representante del rugby latinoamericano y tendrá que enfrentarse en la primera fase a Francia, Italia y Sudáfrica.
España, por su parte, jugará el torneo por séptima vez y el objetivo es mejorar el sexto puesto de 1991, pero tiene muy complicado lograr una de las dos plazas que darán acceso a los cruces al tener como rivales a Nueva Zelanda, Irlanda y Japón.
Refuerzo de la salud mental
Las responsables de la cita han prometido brindar "apoyo en salud mental" a las jugadoras, tras señalar que las atletas femeninas tienen "un 30% más de probabilidades" de sufrir abusos en redes sociales que sus homólogos masculinos.
Varias de las participantes son semiprofesionales o amateurs y el Mundial supondrá una exposición completamente nueva.
"Apoyar a las atletas y tener un enfoque centrado en ellas es, en mi opinión, fundamental para todo lo que hace la competición y lo que hacemos en World Rugby", dijo Sally Horrox, responsable global del organismo rector.
"Por eso, nuestros equipos de rendimiento han trabajado muy de cerca con las federaciones en programas para asegurar que exista apoyo en salud mental, por ejemplo, para aquellas jugadoras que están lejos de casa", continuó.
"Algunas tienen familia, otras compaginan el rugby con otros trabajos. En muchas partes del mundo, el rugby sigue siendo un deporte amateur o semiprofesional, así que vivirán una experiencia completamente distinta. Por eso, asumimos nuestra responsabilidad con mucha seriedad", expresó.
Los organizadores del torneo anunciaron el martes que esperan que la final del 27 de septiembre en Twickenham cuente con un lleno total de más de 80.000 espectadores, lo que sería un récord para cualquier partido femenino de rugby.
Ya se han vendido más de 375.000 entradas para los 32 partidos de este campeonato, y también se espera una enorme audiencia televisiva a nivel global.
"Estamos listos para batir récords de asistencia, audiencia y participación", aseguró la directora del evento, Sarah Massey, durante el evento de lanzamiento celebrado el martes en Twickenham.
"Será la mayor celebración mundial del rugby femenino que hayamos visto", comentó.
Pero junto a esa oportunidad también existen riesgos, y en abril World Rugby anunció una colaboración con Signify Group para utilizar la 'Threat Matrix' de esta organización, que monitoriza las plataformas de redes sociales para detectar y reportar publicaciones y comentarios abusivos.
"Nadie merece ese tipo de abuso en este entorno", dijo Horrox. "Y lamentablemente, las atletas femeninas tienen un 30 por ciento más de probabilidades de sufrir este tipo de ataques que los hombres", espetó.