El conjunto blanco, comandado también por Florentino Pérez en aquel momento, se mostró solidario con un histórico del fútbol español que vuelve a disfrutar del fútbol de élite casi un cuarto de siglo después. Si los asturianos están ahora en esta situación tan privilegiada, en parte es por lo ocurrido hace algo más de una década.
Carlos Slim hizo una importante y trascendental inversión de dos millones de euros, una inyección económica que resultó clave para una entidad que naufragaba por la extinta Segunda B. El resto del dinero llegó de diversas fuentes, una de ellas con sede en el Santiago Bernabéu. Las acciones adquiridas se donaron posteriormente al Ayuntamiento de Oviedo.
Más allá de aquel gesto que no se olvida en el Carlos Tartiere, conviene destacar que el Real Madrid disputó un amistoso de pretemporada en el mencionado estadio, lo que dio pie a una gran recaudación. La diferencia de nivel es notable ahora, pero entonces había dos escalones entre uno y otro: la lógica se impuso, como demostró el contundente 1-5.
Casillas, actor secundario
El plantel dirigido por José Mourinho tenía en sus filas a futbolistas como Cristiano Ronaldo -ausente- o Gonzalo Higuaín -revulsivo en la segunda mitad-. Lucas Vázquez, Denis Cheryshev, Esteban Granero y un doblete de Ángel Di María dieron forma a la goleada del cuadro visitante; Diop Martins anotó por los locales.
Más allá de ese partido veraniego, hubo otro detalle más en vísperas de la visita liguera del Madrid C: la entrega de una camiseta firmada por Iker Casillas para subastar. Una pequeña ayuda que, aunque en menor medida, contribuyó igualmente a que el club evitara su desaparición en el momento más crítico de su historia raciente.