Sólo un triunfo contundente en el Estadio de Francia, en las afueras de París, servirá para evitar la depresión del equipo galo justo antes de comenzar la clasificación para el Mundial 2026.
Acumulando errores en defensa y deficiente en ataque, el cuadro galo dejó una imagen preocupante en el regreso tras medio año fuera del equipo de su capitán Kylian Mbappé.
Aterrizados de Croacia el viernes por la tarde, los Bleus han tenido apenas un poco más de dos días para motivarse y tratar de revertir una situación comprometida.

La redención vendrá necesariamente de un despertar del sector ofensivo, en interrupción desde hace un año. Sobre el papel, la asociación entre Mbappé y Dembélé, transfigurado en los últimos meses y convertido en el mejor goleador europeo de 2025 (22 goles), no tiene equivalente.
Pero Deschamps no pudo encontrar la fórmula adecuada para sacar el máximo de sus dos joyas en la ida. Si Luis Enrique llegó a convertir a Ousmane en un arma letal en ataque en el PSG, el jugador mantiene estadísticas pobres en el equipo francés (seis dianas en 54 selecciones).
Mbappé, que sólo marcó dos goles con la selección en 2024 (uno de penalti en la Eurocopa), deberá recuperar su papel de líder tras haber conseguido rendir a su mejor nivel en el Real Madrid.