El fútbol, en su esencia más pura, es cuestión de centímetros, de momentos, de equilibrio inestable. Y en la Serie A, cuando el Scudetto se decide en la última jornada, esa fina línea que separa el triunfo de la derrota se convierte en leyenda.
Del diluvio de Perugia al doblete de Ibra bajo el cielo plomizo de Parma, pasando por las lágrimas del 5 de mayo y el éxtasis rossonero en Reggio Emilia: éstas son las últimas temporadas que han dejado su huella indeleble en la historia de la liga italiana, decididas en el último suspiro.
1999/2000 - El diluvio que cambió la historia
Fue uno de los epílogos más dramáticos e imprevisibles de la historia del fútbol italiano. A falta de una jornada, la Juventus de Carlo Ancelotti lideraba la clasificación con dos puntos de ventaja sobre la Lazio de Sven-Göran Eriksson, protagonista de una extraordinaria persecución que parecía dirigida por el destino.
En el Estadio Olímpico, los biancocelesti cumplieron con su deber con autoridad: 3-0 ante la Reggina, en un partido que nunca estuvo realmente en disputa. Pero el destino del Scudetto estaba en juego en otra parte, en los charcos del estadio Renato Curi de Perugia, donde un aguacero convirtió el terreno de juego en una ciénaga y obligó al árbitro Collina a suspender el partido entre los anfitriones y la Juventus durante más de una hora. Fue una espera interminable, durante la cual todo el país permaneció en vilo.
Cuando se reanudó el juego, fue Alessandro Calori, defensa de los grifoni, quien escribió la historia. Su volea con la derecha perforó a Van der Sar y echó por tierra las certezas de la Juventus, dando a la Lazio el segundo Scudetto de su historia.
Roma estalló en una celebración sin límites, del lado biancoceleste. En Turín, en cambio, comenzó un verano largo, lleno de polémicas, lamentos y una amargura que dejaría huella durante años. Fue la temporada en la que el cielo, literalmente, decidió el destino de un campeonato.
2000/2001 - El Scudetto pasó al otro lado del Tíber
Sólo 12 meses después del triunfo biancoceleste, el Scudetto permaneció en la capital, pero cambió de bando. La Roma de Fabio Capello, después de realizar grandes inversiones, ejecutar la estrategia correcta aderazada con una gran ambición, se presentaba en la última jornada con la Juventus respirándole en la nuca y la Lazio algo más rezagada, pero aún matemáticamente con opciones.
El primer match point se había frustrado unos días antes, en Nápoles, en un partido que dejó un sabor amargo en equipo y afición. La tensión era palpable: la presión de tener que ganar y esperar, de tener que dominar bajo la atenta mirada de un Olímpico abarrotado era enorme. Pero contra el Parma, los giallorossi firmaron una victoria por 3-1 que inmediatamente se convirtió en leyenda. Totti, Montella y Batistuta culminaron una victoria que desató la fiesta en la ciudad.
La invasión del campo se produjo incluso antes del triple pitido, tal era el ansia por tocar la historia. Para la Roma era el tercer, y hasta ahora último, Scudetto de su epopeya. Un título que cerraba idealmente un bienio en el que la ciudad eterna había visto ondear la tricolor primero en Formello, luego en Trigoria.
2001/2002 - El drama del 5 de mayo
Fue quizás el final más cruel y amargo de la historia reciente del fútbol italiano, un epílogo que ha grabado en la memoria de todos el significado más doloroso de la palabra burla. El Inter de Héctor Cúper, tras una temporada de sacrificios, luchas y esperanzas, se encontraba a un paso de la gloria. Primero en la clasificación, con el destino del Scudetto en sus manos, el equipo nerazzurro era consciente de que sólo necesitaba un paso para volver a dominar el campeonato italiano tras años de espera.
Detrás de ellos, como sombras acechantes, Juventus y Roma perseguían con determinación, dispuestos a aprovechar cualquier mínimo error. Pero la confianza del Inter parecía firme: el sueño del Scudetto parecía ahora al alcance de la mano. La última jornada se disputó en el Estadio Olímpico de Roma, un caos vestido de negro y azul, donde los aficionados soñaban con celebrar un triunfo esperado desde hacía 13 años.
La Lazio, sin ambiciones reales en la tabla de clasificación, se convirtió en un adversario implacable, capaz de golpear a un rival que se lo jugaba todo. El contundente 4-2 final, firmado por un doblete de Poborsky, Simeone y Simone Inzaghi, hizo trizas el corazón de los nerazzurri, borrando en un instante los sueños y las esperanzas de toda la temporada. Ronaldo, símbolo y fuerza de arrastre del Inter, abandonó el campo entre lágrimas, abrumado por la amargura, mientras Angelo Toldo, protagonista de tantas batallas, permanecía petrificado, incapaz de asimilar el increíble varapalo sufrido.
Mientras tanto, la Juventus de Marcello Lippi se imponía con autoridad en Udine, ganando 2-0 y aprovechando sin piedad el hundimiento del Inter para proclamarse campeón de Italia. Una temporada que había visto a los bianconeri en la senda de la remontada, dispuestos a aprovechar el más mínimo fallo de sus rivales, terminó con la conquista del tricolor y con el Inter, que hasta unas horas antes era dominador indiscutible, obligado a conformarse con un doloroso tercer puesto.
2007/2008 - La lluvia, Zlatan y la salvación del Inter
Cinco años después, la lucha por el Scudetto volvió a ser un apretado y tenso duelo hasta el último suspiro entre Inter y Roma. Los nerazzurri, dirigidos por Roberto Mancini, llegaron a la última jornada con un estrecho margen de un solo punto, pero con los nervios crispados por semanas de tensión creciente.
El partido a domicilio en Parma se convirtió en un campo de batalla bajo un cielo gris y una lluvia incesante. Mientras tanto, en Catania, la Roma encontró el gol que le permitió adelantar momentáneamente al Inter y encaramarse a lo más alto de la clasificación virtual, haciendo que la adrenalina se disparase entre los aficionados giallorossi.
Pero fue en ese preciso instante cuando, desde el fondo del banquillo nerazzurro, se alzó la decisiva presencia de Zlatan Ibrahimović. Recién recuperado de una larga lesión, el sueco saltó al campo con la determinación de quien sabe que este partido puede cambiar para siempre su historia y la del club. En apenas 30 minutos, Ibrahimović marcó un doblete, iluminando el Tardini con dos goles que dieron la vuelta al resultado e hicieron estallar de júbilo a los aficionados nerazzurri.
El 0-2 final ante el Parma dio al Inter el ansiado 16º Scudetto, mientras que la Roma, pese a una temporada más que notable, tuvo que conformarse con un empate a uno en Catania, viendo cómo el sueño tricolor se esfumaba una vez más en el último minuto.
2009/2010 - El sello de Milito, el inicio del Triplete
Una vez más, el desafío por el Scudetto se jugó en el filo de la navaja entre Roma e Inter, en un duelo que parecía escrito para el máximo drama deportivo.
Los giallorossi, protagonistas de una emocionante persecución llena de giros y sorpresas, habían logrado regresar a lo más alto de la tabla, alimentando las esperanzas de un título largamente esperado. Sin embargo, la derrota en casa contra la Sampdoria, inesperada y dolorosa, volvió a desequilibrar la balanza, reabriendo la carrera y dejando todo abierto hasta la última jornada.
El destino llevó al Inter a Siena, un partido a domicilio que parecía fácil sobre el papel, pero que pronto se convirtió en una auténtica prueba de carácter. Fue entonces cuando Diego Milito, el hombre de las grandes ocasiones, dio un paso al frente y con un gol resolvió el partido. Aquel gol no sólo le dio el Scudetto al Inter, sino que fue el preludio de una noche histórica: seis días después, en Madrid, el Inter completaría el Triplete venciendo al Bayern de Múnich.
2021/2022 - El regreso del Diavolo
Tras doce años de espera, la Serie A regresó con un final de infarto, un desafío que parecía escrito para permanecer en los anales del fútbol italiano. El Milan de Stefano Pioli llegaba a Reggio Emilia con dos puntos de ventaja sobre el Inter y con el Scudetto, aunque cerca, aún sin asegurar. La presión era enorme, pero los rossoneri respondieron sobre el terreno de juego con una actuación del más alto nivel.
El Sassuolo se vio arrastrado por una ola rossonera: doblete de Giroud, sello de Kessié, tres asistencias de Leão. La victoria por 0-3 fue una liberación.
Mientras, en San Siro, el Inter superó a la Sampdoria, arrollando con autoridad a los blucerchiati. Sin embargo, todo esfuerzo fue en vano. La derrota en la revancha de Bolonia seguía pesando como una condena, un resultado que había abierto una herida profunda y que, a la postre, decretó el destino del campeonato. Aquel triunfo supuso el regreso del Milan a la máxima categoría del fútbol italiano tras 12 largos años, devolviendo al Diavolo al primer plano de la Serie A.
¿Y ahora?
El campeonato 2024/2025 podría sumarse a esta galería de emociones. Una vez más, todo pende de un hilo en la última jornada, con el Nápoles un punto por delante del Inter.

Los partenopeos se enfrentarán en casa a un Cagliari ya salvado, mientras que el equipo de Inzaghi se las verá en Como, en un complicado y nunca previsible partido a domicilio.
En este frágil equilibrio, cualquier error podría reescribir el destino de la temporada. Porque, ya se sabe, cuando el Scudetto se decide en el último suspiro, ya no es sólo un trofeo.