Sin embargo, la Roma de Claudio Ranieri no pudo con el equipo de Antonio Conte, a pesar de que los giallorossi habían propuesto una alineación casi suplente para dar descanso a sus jugadores clave antes del choque de Copa Italia contra el Milan.
El arriesgado planteamiento de Ranieri dio sus frutos, y el Nápoles se vio sorprendido por el venenoso zurdazo de Angelino, un disparo que golpeó como un puñetazo en el estómago a los aficionados napolitanos.
En el derbi milanés, el recién llegado Nicola Zalewski se hizo notar de inmediato. Tijjani Reijnders, en plena forma con los rossoneri, había adelantado al Milan. Parecía que con el tiempo casi cumplido y con el Inter, los nerazzurri, luchando en la clasificación, los rivales del Nápoles podrían haber conseguido una victoria que habría ampliado la distancia.
Entonces, en el minuto 93, Zalewski (cedido por la Roma) dio un pase de pecho perfectamente sincronizado para que Stefan de Vrij empatara, salvando así un dramático punto. Ese mismo momento podría haber repercutido también en el juego del Nápoles.
En el otro frente, el partido del Nápoles contra el Roma comenzó de forma prometedora, aunque sin ninguna actuación individual destacada (Mile Svilar, por ejemplo, tuvo poco que ofrecer).
El Nápoles se adelantó en el marcador cuando el ex romanista Leonardo Spinazzola aprovechó una jugada hábilmente orquestada: un lanzamiento largo de un defensa encontró el exterior izquierdo, colándose entre las líneas defensivas. Gianluca Mancini se vio sorprendido, rompiendo la línea y perdiendo un duelo de velocidad con su antiguo compañero, mientras que Svilar juzgó mal una situación peligrosa, permitiendo a Spinazzola marcar con un precioso disparo bombeado.
La Roma, que al principio parecía superado por una alineación repleta de reservas, fue cambiando poco a poco las tornas. A medida que avanzaba el partido, Ranieri fue introduciendo a algunos de sus jugadores clave, empezando por Alexis Saelemaekers, el belga que no tardó en sembrar el caos en la defensa del Nápoles.
En los últimos minutos, tras una intensa disputa, Matías Soule (que había optado por quedarse en Roma pese a las ofertas de clubes como el Nápoles) envió un preciso pase vertical a Saelemaekers. Desde el fondo, Saelemaekers envió un centro que Angelino remató perfectamente de volea por la escuadra, igualando el marcador.
Dio la sensación de que, si el partido hubiera durado sólo unos minutos más, el Roma podría haberse llevado la victoria. El Nápoles pareció dormirse en los laureles a partir del minuto 75, una actitud que rara vez da resultado en la Serie A contra equipos como el Roma.
Ahora, con el Inter a sólo tres puntos y un partido menos, al Nápoles sólo le queda esperar que el Inter tropiece contra el Fiorentina para volver a la senda de la victoria.
Tras la venta de Khvicha Kvaratskhelia y la pérdida de objetivos clave en el mercado (desde Alejandro Garnacho en adelante), el Nápoles se ha visto obligado a ceder a Noah Okafor, un fichaje que difícilmente puede considerarse un Scudetto.
Conte tendrá que elaborar una auténtica obra maestra si espera conseguir victorias como la conseguida contra el Roma. El duelo por el título está lejos de haber terminado: El Nápoles ha perdido la oportunidad de ampliar su ventaja, y el Inter aún puede soñar.
