Una tarde que difícilmente olvidará el Dall'Ara: en el minuto ocho del partido contra el Nápoles, el Bolonia vivió un momento único cuando Massimo Pessina, nacido en 2007, debutó como profesional. Skorupski, obligado a abandonar el terreno de juego por un problema muscular, dio paso al guardameta de 17 años, que no tembló ante la presión de su debut en la Serie A.
Criado en el Albinoleffe antes de incorporarse a la cantera del Bolonia, Pessina pasó rápidamente de la sub-17 (con la que fue vigente campeón de Europa) al Primavera, acumulando 70 partidos entre los jóvenes rossoblù, con 112 goles encajados y 16 porterías a cero.
Llamado a la acción por la ausencia del segundo guardameta, Ravaglia, de baja por un esguince de tobillo, el joven se presentó bajo palos con una calma sorprendente, apoyado por el aliento de Fabbian, Orsolini y el propio Skorupski, que le abrazaron y animaron antes de entrar en el campo.
Primero una parada, luego la portería a cero
Su primera parada fue a un disparo de Elmas, y el partido terminó sin encajar ningún gol: una actuación de manual que permitió al Bolonia sumar tres puntos cruciales contra el vigente campeón de Italia, el Nápoles.
Al final del partido, Pessina no contuvo sus emociones: entre lágrimas de alegría y abrazos de sus compañeros, fue llevado en volandas por la afición, consagrando un debut que quedará para siempre en su memoria y en la historia del club.
