Tras días de tensión y reflexión, Patrick Vieira ha decidido marcharse. Durante la noche del viernes, el técnico francés anunció su decisión de dar un paso al lado, renunciando a la segunda oportunidad que el nuevo director deportivo, López, le había ofrecido para reflotar a un Génova perdido y frágil tras un complicado inicio de temporada. La separación se produjo de forma inmediata y consensuada, al término de una profunda reflexión que puso fin a una relación desgastada.
El Grifone cambia así de cara: el lunes, en Reggio Emilia contra el Sassuolo, se sentarán en el banquillo Roberto Murgita y Domenico Criscito, el eterno símbolo del club, promovido ad interim desde la dirección del equipo sub-17. Mimmo, histórico capitán y abanderado del Génova, dirigirá la sesión de entrenamiento de este sábado y, tras los últimos retoques el domingo, partirá con el equipo hacia Reggio Emilia.
La decisión de Vieira llega tras un día de enfrentamientos e incertidumbre. Pocas horas antes, de hecho, la sociedad parecía orientada a confirmar la confianza en el técnico al menos hasta el lunes, hasta el punto de que se había programado una rueda de prensa previa al partido. Luego, el giro: el técnico francés prefirió parar.
Para Criscito se trata de un regreso a lo grande, tras una carrera como protagonista entre el campo y la dirección del Génova. El excapitán, ahora entrenador en ciernes, tendrá la tarea de conducir al equipo junto a Murgita y enfrentarse al Sassuolo con el peso de una temporada que ya ha vivido momentos tensos.
Los posibles sustitutos
Mientras tanto, la directiva ya ha empezado a moverse. Tres nombres de todos están sobre la mesa del club: Daniele De Rossi, Paolo Vanoli y Luca Gotti.
De momento, una confirmación de Criscito más allá del partido con el Sassuolo no entra en los planes, pero la historia del fútbol enseña que ciertos chispazos pueden cambiarlo todo. Si su debut convence a equipo y club, nada puede descartarse.