Los hechos ocurrieron al anochecer en la estación de Basiliano, no lejos de Udine, en el nordeste de Italia, con un saldo de varios heridos, entre ellos tres policías, y ocho detenidos, informó la Policía.
Entre los heridos (de ocho a 11 según las fuentes), dos de ellos tuvieron que ser hospitalizados, aunque medios italianos informaron que no se teme por sus vidas.
Tras la victoria del Udinese (3-2) en la 23ª jornada de la Serie A, medio centenar de ultras de este equipo, enmascarados, tendieron una emboscada a hinchas del Venezia cuando se disponían a regresar en tres a su ciudad, a 135 kilómetros.
Los ultras locales obligaron al conductor a detener el tren con bengalas y ocupando las vías.
Tras lanzar piedras contra el convoy que transportaba a 300 aficionados del Venecia y a otros pasajeros que no tenían nada que ver con el fútbol, agredieron a sus rivales con palos y porras.
La rápida intervención de la Policía, que tuvo que utilizar hasta un helicóptero, hizo que los enfrentamientos acabaran pronto, "evitando males mayores para los aficionados del Venecia", admitió la Policía.
El tráfico ferroviario pudo reanudarse tras más de una hora detenido.
Este partido estaba considerado de alto riesgo después de que en el duelo de la primera vuelta, disputado el 30 de octubre pasado, aficionados del Udinese fueran agredidos por rivales del Venecia en la estación del tren.
Laa autoridades confirmaron también que dichos ultras estuvieron acompañados en su agresión por radicales del Salzburgo, club austriaco con el que están hermanados.
Ambas entidades condenaron este domingo lo sucedido y anunciaron su colaboración con las autoridades: "Aquellos que destruyen el deporte con la violencia no son aficionados", insistió el Udinese, mientras que el Venecia mostró "una gran preocupación" por este episodio de violencia.