Listo para tomar las riendas de la Juventus, Igor Tudor está llamado a levantar un ambiente desmoralizado.
Una carrera en blanco y negro
Su carrera como jugador está marcada por las seis temporadas y media que pasó con la camiseta de la Juve, un periodo en el que se consagró a nivel internacional, especialmente bajo la dirección de Marcello Lippi. Llegado en 1998, el croata vivió sus mejores años con el exseleccionador italiano, adaptándose al mediocampo y contribuyendo de manera fundamental a la conquista de dos Scudetti y dos Supercopas de Italia.
Su aventura en Turín se interrumpió en 2005, cuando fue cedido al Siena debido a problemas físicos y a la densa competencia en la plantilla. De vuelta, por así decirlo, en 2006, no pudo recuperar su protagonismo por una grave lesión sufrida durante la pretemporada. Esto marcó su traspaso definitivo al Hajduk Split, el equipo de su infancia, donde puso fin a su carrera en 2008. Con la Juventus, el croata disputó 110 partidos, en los que marcó 15 goles.
Un entrenador decidido, listo para la redención
La primera "cuchara" de Igor Tudor fue Edy Reja, con quien el croata trabajó como segundo entrenador en 2009 en el Hajduk, inmediatamente después de retirarse de la práctica del fútbol. Luego fue adjunto de Igor Štimac, seleccionador de Croacia, adquiriendo experiencia antes de emprender su carrera de entrenador en 2013. De vuelta a Split, ganó su primer trofeo, la Copa de Croacia, apenas tres semanas después de asumir el cargo. Sus experiencias al frente del PAOK, el Karabükspor y el Galatasaray contribuyeron después en gran medida a su crecimiento profesional, lo que le llevó finalmente a Italia.

El primer equipo en contactar con él fue el Udinese, que le nombró entrenador en abril de 2018 tras el cese de Oddo. Como 'traghettatore', Tudor garantizó la salvación a los friulanos, cediendo después el testigo a Nicola para la temporada siguiente. Llamado de nuevo al cargo en 2019, volvió a lograr la hazaña de salvar al equipo del descenso, ganándose la confianza del club para la siguiente temporada, que sin embargo no salió como estaba previsto, culminando con su destitución en noviembre.
Tras un breve regreso a casa, a su querido Hajduk Split, Igor Tudor volvió a Turín, esta vez en calidad de segundo entrenador a las órdenes de Andrea Pirlo. Como asistente, ganó la Coppa Italia y la Supercopa de Italia, trofeos que, sin embargo, no fueron suficientes para asegurar su continuidad, ya que todo el cuerpo técnico fue destituido en 2021.
Ese año marcó un punto de inflexión positivo para el técnico, que tomó las riendas del Verona y lo llevó más allá de lo esperado, situándolo a un paso de clasificarse para competiciones europeas. Un año que aumentó su prestigio, hasta el punto de que el Olympique de Marsella le llamó para la temporada 2022/2023.
Pero tras finalizar en un sólido tercer puesto en la Ligue 1, Tudor decidió rescindir su contrato con el club francés y, posteriormente, tras un periodo de inactividad, aceptó la oferta de la Lazio para la temporada 2023/2024, haciéndose cargo del equipo tras la destitución de Sarri. Esta misión representó su última experiencia antes de su importante regreso a la Juventus, donde ahora está listo para escribir un nuevo capítulo en su carrera como entrenador. Como jugador, sin embargo, Tudor ya ha aportado una contribución fundamental a la causa bianconera, una razón más para confiar en él.