Un empate con el Tottenham permitiría al Liverpool alcanzar los 80 puntos, matemáticamente fuera del alcance del Arsenal, segundo clasificado, que estaría a 13 puntos a falta de cuatro jornadas.
Los hombres de Arne Slot son desde hace meses los grandes favoritos para conquistar su segundo título de la Premier League, y el técnico cree que tienen la "gran responsabilidad" de sellarlo ante su afición.
El último título de los Reds, hace cinco años, fue un poco anticlimático, ya que se produjo durante la pandemia de Covid-19, lo que significó que Anfield estuviera casi vacío cuando se entregó el trofeo debido a las restricciones.
"Es una gran responsabilidad", declaró el técnico holandés. "Somos conscientes de que la última vez que este club ganó la liga fue durante la época del Covid, así que todo el mundo está deseando que llegue el domingo".
"Sabemos que aún queda trabajo por hacer. Necesitamos al menos un punto. Nuestros aficionados también lo saben. Cuando vengan al estadio tienen que apoyarnos de la mejor manera posible, como han hecho toda la temporada".
Sobre el papel, el Liverpool tiene poco que temer de los Spurs de Ange Postecoglou, 16º en la tabla y que no ganan en Anfield desde 2011.
La inminente conquista del título por parte del Liverpool será tanto más dulce cuanto que le permitirá igualar a su acérrimo rival, el Manchester United, como el club más laureado de la historia de la máxima categoría inglesa.
Salah, estrella
Inspirado por el implacable Mohamed Salah, el Liverpool empezó la temporada al sprint y mantuvo el pie en el acelerador mientras sus rivales flaqueaban.
Al principio de la campaña, el Manchester City de Pep Guardiola partía como favorito para prolongar su dinástico reinado en la Premier League y sumar su quinto título consecutivo.
El Arsenal de Mikel Arteta, por su parte, se presentaba como la fuerza emergente tras dos subcampeonatos consecutivos por detrás del City.
Pero ninguno de los dos clubes ha podido igualar la intensidad y la regularidad del Liverpool.
Se temía que los jugadores del Liverpool necesitarían tiempo para adaptarse a los métodos de Slot, que sustituyó a Jürgen Klopp el pasado junio tras la marcha del alemán después de nueve años llenos de trofeos en Anfield.
Sin embargo, el ex entrenador del Feyenoord se adaptó enseguida, dejando atrás el fútbol "heavy metal" de Klopp, con una presión alta, para adoptar un juego más controlado y basado en la posesión.
En su tercer partido al frente del equipo, el Liverpool se impuso por un contundente 3-0 en Old Trafford, y la derrota ante el Nottingham Forest en Anfield en el partido siguiente no fue más que un bache.
El Liverpool ganó 11 de sus 13 primeros partidos de liga y se situó en cabeza de la tabla, mientras el City y el Chelsea se tambaleaban.
El Arsenal se convirtió en su más inmediato perseguidor, pero empató demasiados partidos y no supo aprovechar los escasos tropiezos del Liverpool.
Slot ha navegado serenamente a lo largo de la temporada a pesar de las incesantes especulaciones sobre el futuro de tres de sus principales estrellas: Salah, el capitán Virgil van Dijk y Trent Alexander-Arnold.
Tanto Salah como Van Dijk han firmado ya prórrogas de dos años, aunque se cree que el defensa inglés Alexander-Arnold está a punto de fichar por el Real Madrid.
Salah, en particular, ha marcado la diferencia, con 27 goles en liga y 18 asistencias hasta la fecha, una cifra récord de goles en una temporada de 38 partidos.
En febrero, tras el agitado empate a 2-2 contra el Everton, Salah perdió la calma y fue sancionado con dos partidos en la línea de banda, admitiendo que "las emociones sacaron lo mejor de mí".
A principios de este mes, el Liverpool volvió a tropezar con un bache al perder contra el Fulham (su segunda derrota liguera de la temporada), pero para entonces el título ya era una formalidad.
Los hombres de Slot superaron con facilidad la fase de grupos de la Liga de Campeones antes de caer ante el París Saint-Germain en octavos de final y sufrir una sorprendente derrota en la final de la Copa de la Liga ante el Newcastle apenas unos días después.
Pero esos dolorosos reveses quedarán en el olvido si, como se espera, consiguen el domingo el resultado que necesitan para iniciar la fiesta del título.