El hecho de que Sir Jim Ratcliffe haya puesto supuestamente a la venta a toda la plantilla del primer equipo es más una señal para que todos los jugadores sepan que no son indispensables, que un auténtico intento de deshacerse del mayor número posible de hombres del equipo senior en un solo verano.
El Manchester United debe reforzarse este verano
Está claro, sin embargo, que hay que reforzar algunas posiciones de la plantilla.
Para empezar, no hay demasiados jugadores con la voluntad y la capacidad de tomar el balón y correr hacia el rival con determinación.
Amad Diallo sería el ejemplo más obvio, al igual que Alejandro Garnacho, aunque el argentino ha perdido fuelle últimamente, quizás como resultado de la pérdida de confianza del entrenador.
Rubén Amorim parece tener una idea muy clara del tipo de jugador y de personalidad que quiere en el equipo, y en ese sentido, el brasileño Matheus Cunha, de 26 años, parece encajar a la perfección.
El ex jugador del Wolverhampton Wanderers se deleita en la conducción de los defensas, buscando desequilibrarlos, ya sea enfrentándose a ellos o atrayéndolos hacia sí y, al hacerlo, ser capaz de liberar a un compañero mejor situado para continuar el ataque.
La polivalencia de Cunha es ideal para Amorim
Tanto en la contención como en la profundidad, su presencia física, su experiencia y su aplicación son cualidades que Amorim ha echado de menos en sus jugadores de ataque desde que se hizo cargo del banquillo el pasado mes de noviembre.
El gráfico adjunto muestra la cantidad de balones ofensivos que ha conducido en la campaña 24/25 (441), apenas por debajo de los 479 de Bruno Fernandes, lo que demuestra la importancia de esta faceta para ambos jugadores.
Fernandes y Cunha también fueron los jugadores que más goles marcaron (seis) desde fuera del área la temporada pasada.
Donde el brasileño se convierte en una pieza fundamental para el United es en su polivalencia. En varias fases de la temporada pasada, jugó como delantero principal, centrocampista ofensivo central, extremo izquierdo, centrocampista izquierdo y centrocampista derecho.
Dentro del mismo sistema 3-5-2 o 3-4-3 al que está acostumbrado en el Wolves, su capacidad para servir a cada zona con igual aplomo da a Amorim una plétora de opciones ofensivas en ataque.
Sin olvidar que también es un jugador que marca goles, algo de lo que los Diablos Rojos han carecido en las dos últimas temporadas.
40 goles en las dos últimas temporadas
Los 40 goles anotados por Cunha en las dos últimas temporadas hablan por sí solos, y basta con ver lo repartidos que están sus 1.764 toques de balón en la última campaña para darse cuenta de la cantidad de terreno que cubre.
En cuanto a dónde le ve mejor Amorim, es probable que dependa mucho de los jugadores que se queden y de los que se vayan este verano.
Dado que Garnacho parece estar más fuera que dentro de Old Trafford, no sería extraño ver a Cunha en una posición más ancha para empezar.
Bryan Mbeumo quiere fichar por Old Trafford
Bryan Mbeumo,del Brentford, también parece haberse ofrecido al United, y aunque tiene un perfil completamente distinto al de Rasmus Hojlund y Joshua Zirkzee, se puede entender por qué encajaría bastante bien en una delantera de nuevo cuño en el Teatro de los Sueños.
No es un delantero que juegue de espaldas a la portería y retenga el balón para que otros entren en juego, pero puede hacerlo si es necesario.
Aunque también puede jugar por la banda, su especialidad es el centro, y su velocidad desde el arranque es engañosa.
Como ya hemos visto desde hace algún tiempo, la excelencia de Mbeumo reside en su capacidad para situarse por detrás de la última línea defensiva y tener la fuerza necesaria para frenar a su homólogo antes de encontrar el fondo de las mallas.
Algo que hizo en 20 ocasiones en la Premier League la temporada pasada, y para ponerlo en perspectiva, sólo Erling Haaland, Alexander Isak y Mohamed Salah marcaron más.
Sus 20 goles fueron también más de los que lograron Hojlund y Zirkzee en todas las competiciones juntas.
El potencial de reconstrucción es significativo
Lo que caracterizaba al Sporting de Amorim era la velocidad con la que era capaz de romper o contragolpear, y eso es lo único que su United, al menos hasta la fecha, no ha tenido.
En términos generales, el equipo se ha mostrado lento y laborioso a la hora de elaborar sus ataques, y su juego carece de dinamismo. Como resultado, los equipos rivales han podido presionarles con facilidad, obligándoles a jugar de espaldas a sus defensas e iniciar de nuevo el proceso de ataque.

En un United renovado, tiene que ocurrir lo contrario, y deben ser los Diablos Rojos los que marquen el ritmo, controlen los partidos y obliguen a los rivales a esforzarse mucho más para recuperar el balón.
A nadie se le escapa la importancia de lo que parece ser el comienzo de una reconstrucción, tanto a los que trabajan en el club como a los que les apoyan. Esta vez tiene que funcionar.
Nuevos comienzos
No sólo porque Amorim se ha jugado su reputación, sino porque el United se aleja cada vez más de los primeros puestos del fútbol nacional y europeo, y muy pronto no habrá vuelta atrás.
Cunha y Mbeumo representan un cambio de guardia y un nuevo comienzo, pero tienen que ser el principio de algo y no la suma total de las ambiciones del club.
