Un breve artículo no puede describir suficientemente su contribución al fútbol, pero echemos un vistazo al menos a algunas cosas que hizo para mejorar el deporte que todo el mundo ama.
El arquitecto del éxito del Arsenal
A Chapman se le asocia principalmente con el Arsenal. Fue el primer entrenador que llevó a los gunners a ganar grandes trofeos (títulos de liga en 1931 y 1933, Copa de Inglaterra en 1930). Pero, ¿cómo llegó al equipo del norte de Londres?
En la década de 1920, el Arsenal estaba en alza. Las ambiciones del club debían cumplirse con un nuevo entrenador. Los gunners incluso intentaron encontrarlo publicando un anuncio en el periódico en 1925. La oferta impresa en la revista deportiva Athletic News atraía a una estrella en ciernes de la dirección deportiva: Chapman, del Huddersfield Town (con el que ya había ganado dos veces la liga y una la Copa de Inglaterra).
En el Arsenal aceptaron colaborar con Chapman. El objetivo estaba dado: convertir al Arsenal en un equipo que empezara a ganar trofeos.
Una de las primeras innovaciones interesantes que aportó al fútbol en aquella época fue la creación del cargo de entrenador. Como manager, quería centrarse al máximo en construir el equipo y el club como tal, y dejó el entrenamiento del equipo en manos del entrenador.
Chapman cambia las reglas del juego
Durante los primeros partidos de fútbol, ocupar las posiciones de defensas, centrocampistas y delanteros no era muy importante. Todos perseguían el balón. Hasta finales del siglo XIX no se impuso la formación en pirámide.
Consistía en un ataque de cinco hombres, tres centrocampistas, dos defensas y un portero. La formación era relativamente estática, los jugadores debían mantener sus posiciones definidas. Y Chapman fue uno de los impulsores de un fútbol más atractivo, aportándole más dinámica y conseguiendo que se marcaran más goles.
La solución fue un cambio fundamental en la ley del fuera de juego, la llamada "regla de los dos jugadores", introducida en 1925. El efecto de la nueva norma fue que los pases cortos se sustituyeron por pases largos más rápidos. Era más difícil pillar a los adversarios en fuera de juego y, si esto no era posible, se reducía el número de defensas restantes. Así se creaban más peligro y también se marcaban más goles.
Naturalmente, los esquemas de juego teníam que cambiar. La respuesta que se le ocurrió a Herbert Chapman fue crear un sistema llamado "WM". Se puede decir que era una versión más segura que la pirámide. Los centrocampistas se incorporaban al ataque y defendían, de modo que la formación de los atacantes sobre el terreno de juego formaba la letra W.
Uno de los centrocampistas se situaba en la defensa y los demás mediocentros cerraron el espacio delante de los tres defensas y rellenaron los huecos entre los defensas. De este modo, las filas traseras adoptaban la forma de la letra M. Por eso, este estilo de juego pasó a llamarse formación WM.
Desde el punto de vista de cómo se describe actualmente la formación, es decir, de atrás hacia delante, sería el sistema MW. Hoy en día, la terminología numérica más utilizada es la formación 3-2-2-3.
Cooperación internacional, inspiración y nuevos fichajes
A diferencia de muchos de sus contemporáneos en Gran Bretaña, Herbert Chapman también era aficionado al fútbol continental, es decir, al que se juega en el continente europeo. No despreciaba a otros clubes europeos que "se entrometían en el deporte inglés" (como solía decirse en las Islas Británicas).
Al contrario, Chapman amplió sus horizontes en el Viejo Continente. Con sus equipos, organizaba viajes a Europa para disputar partidos internacionales contra equipos del resto del continente, y luego invitaba a los adversarios a jugar revanchas en Londres. Chapman también propuso la creación de una competición internacional paneuropea de clubes de fútbol. Tuvo esta idea más de 20 años antes de que se creara realmente (la Copa de Europa y la Copa de Ferias se introdujeron en la temporada 1955/1956).
Herbert Chapman fue uno de los primeros entrenadores en plantearse la contratación de futbolistas extranjeros. En 1930, Chapman intentó fichar al gran portero austriaco Rudolf "Rudi" Hiden para el Arsenal, pero el Ministerio de Trabajo del Reino Unido se opuso al traspaso.
Sin embargo, Herbert Chapman logró de todos modos su objetivo de fichar a un portero ese mismo año. Y ello a pesar de que otro jugador extranjero llamó su atención.
En un partido del equipo aficionado Margate FC, una especie de equipo reserva del Arsenal en aquella época, se fijó en el guardameta holandés Gerrit Keizer. Tras unos pocos partidos en el Margate, Keizer pasó de repente a formar parte de la plantilla de los gunners.
Como aficionado (es decir, desempleado, por lo que no entraba en la normativa laboral británica), Chapman pudo subirlo al primer equipo del Arsenal. Keizer pasó a llamarse Gerard Keyser en Inglaterra, y se convirtió en una de las figuras clave del primer título de liga del Arsenal en 1931.
Sacrificar su vida por el fútbol
Además del fútbol como juego, es decir, la formación de la plantilla, la selección de las alineaciones junto con el entrenador o el desarrollo de las tácticas, Chapman también prestaba atención a la forma física de los jugadores.
Fue uno de los primeros en establecer un estricto régimen de entrenamiento, guiado por tareas y plazos claramente definidos. Su plantilla se amplió con fisioterapeutas y masajistas, e introdujo también ejercicios de recuperación y compensatorios en el proceso de entrenamiento.
Chapman también rompió el orden establecido en la cultura futbolística de la época al discutir las tácticas y los principios del juego directamente con sus jugadores. Sus pupilos pasaron a formar parte del proceso de toma de decisiones, comprendieron mejor lo que su jefe quería de ellos, por lo que persiguieron el objetivo marcado con mayor determinación y responsabilidad.
También trabajaba en la creación de equipos fuera de los campos de fútbol y de la unidad de entrenamiento: animaba a sus jugadores a ir juntos a jugar al golf o a cenar juntos.
Chapman sacrificó toda su vida al fútbol, por desgracia literalmente. A principios de enero de 1934, durante otra gran temporada de su Arsenal, había ido al norte de Inglaterra después de las celebraciones de Nochevieja para ver los partidos del Bury y del Notts County.
Al día siguiente viajó a su Yorkshire natal para analizar al Sheffield Wednesday, próximo rival de los gunners. Regresó a Londres con un resfriado, pero decidió que estaba lo suficientemente bien como para ir a ver jugar al equipo reserva del Arsenal. Sin embargo, su estado no tardó en empeorar, contrajo una neumonía y falleció el 6 de enero, con sólo 55 años.
A pesar de su temprana muerte, Chapman dio mucho al fútbol. Gracias a él, el fútbol actual es lo que es.