Hace unos meses, pensar que el Chelsea iba a estar en puestos de Champions o cerca de la cima de la Premier League era poco probable. Los blues pasaron por etapas de irregularidad bajo la tutela de Mauricio Pochettino: aunque realizaron buenos partidos contra rivales como el Tottenham o el Manchester United, no fueron lo suficientemente efectivos para alcanzar algo más que un cupo para la Conference League.
Ahora, los blues son segundos (35 puntos -a cuatro del Liverpool, que tiene un partido menos-, reflejo de 10 victorias, cinco empates y dos derrotas). Han mejorado su juego gracias a la participación de futbolistas de calidad como Cole Palmer, Jadon Sancho o Nico Jackson en el frente ofensivo; han encontrado equilibrio, influenciados por cracks como Moisés Caicedo y Enzo Fernández y en defensa han recortado la cantidad de goles que reciben por la presencia de zagueros como Colwill, Tosin Adarabioyo y laterales como Malo Gusto o Marc Cucurella.
El español cumple un rol protagónico en el Chelsea de Enso Marezca: es un pulmón para la defensa. Su gran virtud se debe a su capacidad ofensiva. Es muy hábil con el esférico en los pies y, además, tiene gol. Ha marcado en una oportunidad y ha ofrecido una asistencia en 15 partidos.
