La situación de la azzurra es otra vez complicada: Italia no disputa los octavos de final de un Mundial desde su último título en 2006. En estos últimos 20 años cayó en la fase de grupos en Sudáfrica 2010 y Brasil 2014, antes de ni siquiera clasificarse a Rusia 2018 ni Catar 2022.
Segunda en el Grupo I, tres puntos por detrás de Noruega, la nazionale necesita ganar a Moldavia y un tropiezo de Noruega, el equipo liderado por Erling Haaland contra Estonia, para optar al primer puesto -único que clasifica de manera directa- a la "final" contra los escandinavos el próximo 16 de noviembre en San Siro.
Si empataran a puntos tras estos dos partidos, Noruega cuenta con la carta de tener una diferencia de goles muy favorable, +26 contra +10, casi irremontable para Italia en las dos últimas citas.

En el peor de los casos, los italianos tienen asegurada la repesca, aunque ello despierta traumas recientes: en esa fase cayó eliminada en 2017 contra Suecia y en marzo de 2022, menos de doce meses después de su título continental, por la modesta Macedonia del Norte.
Alemania, vencer y convencer
Alemania, la otra selección tetracampeona mundial, también ha vivido tiempos mejores: desde su título en 2014 no ha pasado de la fase de grupos en las dos siguientes ediciones.
Anfitriona de la Eurocopa 2024, en la que desplegó un fútbol atractivo bajo la batuta de Julian Nagelsmann, Alemania despertó de su sueño de un nuevo título en cuartos, al término de una prórroga conquistada por la futura campeona España.
En su camino a Norteamérica, los germanos lideran la llave A, empatados a puntos con Eslovaquia, su rival en la última jornada, después de visitar Luxemburgo. Ambos duelos son en principio asequibles, pero cualquier paso en falso podría mandar a Alemania al repechaje, donde no hay segundas oportunidades.
Otras potencias europeas como Francia, España o Portugal, afrontan sus últimos dos partidos habiendo hecho los deberes, y no deberían sufrir en exceso para certificar su presencia en el próximo Mundial.
Portugal, que estuvo virtualmente clasificada durante varios minutos en octubre, vio cómo un empate contra Hungría retrasaba el objetivo mundialista hasta noviembre.
Ahora, el eterno Cristiano Ronaldo podrá sellar su pasaporte hacia un sexto y "último" Mundial contra la República de Irlanda, aunque un tropiezo de Hungría podría enviar igualmente a la Seleçao a Norteamérica.
Parón "amistoso" para Inglaterra
Francia, que ha disputado las dos últimas finales planetarias, con victoria en 2018 y derrota en 2022, tiene asegurado ya el repechaje, y una victoria contra Ucrania en París dejaría la clasificación asegurada desde el jueves.
España, vigente campeona de Europa, también ha completado una gran fase de grupos, con pleno de victorias y 15 goles a favor y ninguno en contra, antes de enfrentarse a Georgia y Turquía.
Dependiendo de lo que hagan los compañeros de Arda Güler contra Bulgaria, incluso un empate podría valerle a la Roja para hacerse con su boleto mundialista.
A estas dos últimas jornadas también llegan bien posicionadas selecciones habituales en los últimos Mundiales como Países Bajos, Bélgica o Croacia, finalista en 2018 y tercera en 2022, para las que una victoria significará la clasificación.
Para Inglaterra, este parón es un mero trámite, pues ya selló su clasificación el mes pasado.
Su seleccionador Thomas Tuchel podrá tratar los duelos contra Serbia y Albania como amistosos preparatorios para seguir realizando ajustes en unos leones que aspiran a romper en 2026 una sequía de 60 años sin trofeos, desde su título mundial como anfitriones en 1966.
