Manuel Albino Morim Macaes 'Bino' sabe lo que es ser un joven talento en el panorama portugués. Su experiencia en los terrenos de juego comenzó a finales de la década de 1980, en una época en la que la Generación Dorada de Portugal conquistó corazones e hizo soñar con un país en la cima del fútbol mundial tras ganar el Campeonato Europeo Sub-16 y el Campeonato Mundial Sub-20 en 1989, y de nuevo en la Copa Mundial Sub-20 en 1991.
Entre nombres como Luís Figo, Jorge Costa, Paulo Sousa o Fernando Couto, Bino no destacó tanto como sus compañeros en la transición al fútbol absoluto, a pesar de haber pasado por el Oporto y el Sporting y de haber sido internacional en tres ocasiones entre 2000 y 2002.
Tal vez por eso se le puede considerar un especialista en la dirección de jugadores jóvenes, tras una temprana carrera como entrenador en el Padroense, el Oporto y el Vitoria SC.
En una entrevista concedida a Flashscore, repasa su carrera y los últimos meses de éxitos con una generación que conoció como "chicos de 15 años" hasta que se proclamaron campeones del mundo, homenajeados por el Presidente de la República. El futuro del fútbol portugués parece asegurado. El personal, en cambio, parece abierto de par en par.
Flashscore: No todos los días, lo confieso, se recibe a un campeón del mundo. Bino, en primer lugar, ¡enhorabuena! Campeón del mundo y europeo, ¡qué año 2025!
Bino: "Es un año fantástico para mí como entrenador y para la Federación Portuguesa de Fútbol, porque estamos ganando títulos, que es lo que queríamos. Poder entrenar para ganar, representar al país de esta manera y dignificar nuestra camiseta también es algo que queremos seguir haciendo. Y luego, felicidades a mis jugadores, que han estado fantásticos en este viaje. Es fruto de su crecimiento que estos dos logros hayan sido posibles".
No hay entrenador sin jugadores, ¿verdad? Aquí tiene que haber un vínculo muy, muy estrecho.
"Sí, eso es cierto. Llevo dos años y medio con esta generación. Dentro de las características de los mejores jugadores que teníamos, dentro de la evaluación que hicimos a nivel nacional, encontré la manera de acoplarlos mejor, para que pudiéramos ser un equipo competitivo y jugar bien. Un poco como las características que quiero para nuestro juego, adaptándome naturalmente a la identidad de Portugal, a lo que tenemos que hacer, pero encontrando esta simbiosis entre los jugadores, las características, lo que me gusta como entrenador de fútbol, creo que esto ha sucedido casi perfectamente con el tiempo y ha culminado en esta Eurocopa y ahora en el Mundial".
Como seleccionador, ¿también ha pensado en aquel chico de 1989 que quedó tercero en el Mundial sub-16?
"No soy muy nostálgico. Afortunadamente, puedo lidiar muy bien con mis situaciones pasadas. Así que no fue algo que me viniera a la mente. Me vino después, porque me lo contaron, y es verdad que entonces gané el Campeonato de Europa. Unos meses después, también jugamos el Mundial y perdimos en semifinales contra Arabia Saudí.
Por eso no pensé en ello, pero es una coincidencia interesante que yo haya pasado por esta situación: después de varios años, y ahora estoy entrenando a estos jóvenes jugadores, casi podríamos estar pasando por un proceso muy similar o paralelo. Es muy interesante, pero demuestra que son mucho mejores de lo que éramos nosotros".
Eran otros tiempos, ¿no?
"Sí, y entonces ya teníamos jugadores de gran calidad. Hablamos de Figo, jugadores de excelencia, Emilio Peixe, que también estaba en aquel equipo, algunos jugadores que acabaron teniendo carreras muy buenas a nivel profesional, y eso es lo que espero también para los que están conmigo ahora. Que esto sea un impulso para su futuro, que mantengan los pies en el suelo, por supuesto, porque el fútbol no se detiene, siempre hay trabajo por hacer, pero que puedan tener el éxito que muchos de nosotros tuvimos en aquel equipo."
¿Prevé que alguien de su grupo se destape y se muestre de aquí a la próxima temporada?
"Sí que lo preveo. No voy a dar nombres, porque sería injusto. Yo también me comprometería, no merece la pena (risas), y sería injusto incluso para algunos de ellos. Aquí hay calidad, y los hay que pueden triunfar, y eso es lo que espero. Para eso también trabajamos, para que su crecimiento sea cada vez más sostenido".
En 1989, su generación ganó el Campeonato Europeo Sub-16 y el Campeonato Mundial Sub-20 en Riad. En 1991, su generación ganó el Mundial sub-20 de Lisboa. ¿Qué tiene Portugal para que este talento aparezca tan pronto?
"No sé si es innato, tenemos unas condiciones climáticas que nos permiten jugar en la calle, ahora cada vez menos, pero hay todo un proceso. Como decíamos en Brasil, el clima puede ayudar, porque los niños pueden caminar por la calle, pueden jugar, pueden disfrutarlo, y acaba siendo una atracción. También estamos creando cada vez más condiciones para nuestros equipos competitivos desde una edad temprana".
Próximo paso
Hablemos de Bino, el entrenador. Empezó en el Padroense, subió a las categorías inferiores del Oporto, al equipo B y al primer equipo del Vitoria SC, y luego a las selecciones sub-16 y sub-17 en los últimos dos años y medio, con enorme éxito. ¿Cuál es su futuro? Está a punto de terminar su contrato.
"No lo sé, ojalá lo supiera (risas). Por encima de todo, he dicho que soy entrenador de fútbol y la pasión que me ha aportado esta profesión. Por eso sigo, y me encanta lo que hago. Casi he olvidado cuando era jugador, porque era casi otra vida. Me apasiona poder ayudar a crecer a los jugadores. ¿Adónde puede llevarme? No lo sé. He sido entrenador, he estado en el fútbol senior y sigo abierto a todas esas posibilidades. Me gusta mucho entrenar, y esperaré a ver qué pasa. Un poco como lo que ha pasado hasta ahora en mi carrera.
Llegaron unas cuantas ofertas y tomé las decisiones que tenía que tomar. La verdad es que nunca he tenido representante ni manager. Esto puede condicionar elecciones aquí y allá, incluso las propias negociaciones, pero son cosas que elegimos hacer. Cada uno toma sus decisiones, y luego también tenemos que vivir con ellas. Y ahora es el momento de darme cuenta de lo que también me pueden aportar estos dos títulos: si la FPF quiere renovarme, qué proyectos tienen, y si hay algún club o selección interesada. En otras palabras, estaré abierto a darme cuenta de lo que viene, y luego espero tomar la mejor decisión para el futuro de mi carrera".
Volvamos al Mundial para la parte final de la conversación. ¿Ha tenido que transmitir a los chicos sus valores futbolísticos, personales y como entrenador?
"Hay espacio para todo y, a esta edad, suelo decir que cada vez son más maduros, no sólo en el campo, como hemos visto en estas dos últimas competiciones (Eurocopa y Mundial). Incluso creo que jugamos mejor en esta (Copa del Mundo), y teníamos jugadores en mejor forma en la Eurocopa que en el Mundial.
Pero en el Mundial demostramos que éramos mucho más equipo, mucho más unidos, y eso también demuestra el crecimiento, la unidad que hemos ido creando en este grupo de trabajo. Conseguimos ganar como resultado de esa unidad, de creer, porque lo pasamos mal contra Japón, al perder ese partido, no terminamos primeros de grupo con las consecuencias que eso hubiera conllevado. Habíamos perdido contra Japón tres o cuatro semanas antes, y eso nos pesó un poco. El cambio que hicimos para que el equipo estuviera preparado para dar una buena respuesta contra Bélgica, en un partido eliminatorio, fue fundamental".
Hemos visto que hay un 'Vitinha' en el grupo, que tiene un poco de Bino, un jugador creativo. Me refiero a Mateus Mide...
"No (risas). Claro que ayudamos, y formamos parte del crecimiento de los jugadores, pero ningún jugador alcanza el nivel profesional o de élite a costa de ningún entrenador. Eso lo tengo muy claro. Son jugadores por sí mismos, por su trabajo y por su mentalidad. Siento que hay entrenadores a los que les gusta decir 'yo también fui parte de esto', pero yo no. Al final les ayudé en situaciones para que pudieran revisar su camino.
A partir de ahí, siempre dependerá del jugador, de su mentalidad, de darse cuenta de lo que tiene que hacer para llegar a la élite, de las dificultades que encontrará y de cómo las superará. Sólo podemos crecer superando dificultades. Cuando hablamos de jugadores que se han ido de aquí, como Vitinha, João Neves, Quenda, siempre es el resultado de su mentalidad, porque los entrenadores sólo jugamos con los que creemos que son los mejores. Si son los mejores, es el resultado de su trabajo".