La Fiscalía pide dos años y medio de cárcel contra Rubiales por agresión sexual por el presunto beso forzado y por presuntamente coaccionar a Hermoso para que restara importancia al incidente.
Hermoso declaró en la jornada inaugural del juicio, el pasado 3 de febrero, que se sintió "faltada al respeto" por un beso no consentido cuando acababa de ayudar a España a ganar el Mundial femenino de 2023 en Australia.
Rubiales declaró a la Audiencia Nacional española que estaba "totalmente seguro" de que Hermoso consintió el beso durante la ceremonia de entrega de medallas tras la final que acabó con su dimisión en desgracia ese mismo año.
"Me dijo 'vale'"
"Me apretó muy fuerte por debajo de las axilas, me levantó, y cuando bajé le pregunté si te podía dar un beso, y me dijo 'vale', eso es lo que pasó", relató.
"Lo que pasó no tuvo ninguna importancia ni para mí ni para ella", añadió Rubiales durante su esperado testimonio, describiendo el beso como "un acto de cariño".
Rubiales también niega la acusación de coacciones que pesa sobre él, el ex seleccionador femenino Jorge Vilda y dos ex responsables federativos.