Ya sea por su forma inconformista de jugar, que recuerda a sus días de gloria; por su honestidad brutal y su falta de pulcritud en las entrevistas con los medios de comunicación o en las redes sociales, por su negativa generalizada a conformarse con la forma en que un jugador moderno debe presentarse fuera del terreno de juego o por la amabilidad que muestra en abundancia hacia los menos afortunados que él, Grealish es un acto de clase... y hace feliz a la gente.
A sus 29 años, no tiene que forzar nada, y con sólo ser él mismo se ha convertido en uno de los jugadores más queridos de Inglaterra. Aunque, al parecer, no tanto por Pep Guardiola.
El catalán, que nunca se ha dejado llevar por los sentimientos, ha visto suficiente y la exclusión del centrocampista ofensivo de la lista de convocados del Manchester City para el Mundial de Clubes siempre iba a suponer la sentencia de muerte para Jack.
El bajón de forma ha sido notable
Con sólo dos goles y cinco asistencias en 26 partidos en todas las competiciones durante la campaña 2024/25, la decisión de Pep no puede haber sido una sorpresa para el jugador, cuyo bajón de forma desde la campaña en la que ganó el triplete ha sido poco menos que notable.
En retrospectiva, esa increíble hazaña siempre iba a ser el cenit de la carrera de Grealish, aunque seguramente nadie podría haber previsto una caída en desgracia tan rápida.
Como Pep ha demostrado una y otra vez en el Barcelona, el Bayern de Múnich y el Manchester City, no importa el nombre o el perfil, si ya no rindes semana tras semana, no le sirves para nada.
Aunque pueda parecer duro, esa búsqueda de la perfección es precisamente la razón por la que Guardiola merece su lugar en el panteón de los grandes entrenadores, junto a gente como Sir Alex Ferguson, Arrigo Sacchi y otros.
¿Qué le espera a Jack Grealish?
¿Qué le espera a internacional inglés? Un jugador que, en realidad, sólo ha marcado 15 goles y dado 19 asistencias en 121 partidos con el City. A fin de cuentas, no es un rendimiento brillante.
Más allá de los números, tal vez sea la experiencia y la personalidad que puede aportar al vestuario lo que haga que sea codiciado por numerosos clubes.
Según varias informaciones, el Newcastle United de Eddie Howe, el Everton de David Moyes y el Bayer Leverkusen de Erik ten Hag han registrado un interés inicial por el jugador.
También se mencionó al Tottenham Hotspur, aunque teniendo en cuenta la figura del nuevo entrenador, Thomas Frank, y el elevado salario del propio jugador -según los informes, de más de 350.000 euros semanales- es poco probable que el norte de Londres sea el próximo destino del espadachín centrocampista.
A los románticos del fútbol les encantaría verlo de vuelta en Villa Park, donde tendría asegurada la bienvenida de un héroe, y aunque por el momento no hay especulaciones concretas al respecto, si Unai Emery diera a conocer su interés, todas las apuestas estarían echadas.
Se espera que Kevin de Bruyne, su compañero en el City, fiche por el Nápoles, y los Partnopei también parecen estar atentos a los acontecimientos, pero nada más por el momento.
¿Podrá Grealish demostrar a los escépticos que están equivocados?
Quien acabe incorporando vía cesión o compra a Grealish, ¿qué obtendrá?
Para empezar, tendrá a un jugador con muchas ganas de demostrar a Pep que se equivoca. La temporada pasada sólo fue titular en 12 partidos de la temporada 24/25 y jugó 1.167 minutos en todas las competiciones, por lo que está claro que no fue capaz de encontrar el ritmo necesario para jugar con regularidad.
Eso también podría explicar su terrible porcentaje de conversión de tiros (6,7%), que, si los clubes se fijan en Grealish para influir en el juego, debe mejorar... rápidamente.
La precisión en el disparo tampoco parece ser su fuerte. 90 tiros en cuatro temporadas para un jugador de ataque es demasiado poco, sobre todo para alguien de su calidad.
Tiene la habilidad de superar a su marcador y abrirse espacio moviéndose por dentro del lateral, sin embargo, cuando ha conseguido hacer eso con el City, 63 de sus 90 disparos fueron bloqueados.
La precisión en el pase sólo ha bajado del 80% en dos ocasiones, y en la mayor parte de su estancia en el Etihad Stadium, Grealish ha registrado cifras de entre 80 y 90 puntos, como cabría esperar de cualquiera que tenga la suerte de encontrarse en un equipo de Guardiola.
Como jugador, de poco sirve aspirar a trabajar a las órdenes de Pep si no puedes pasar el balón con facilidad.
Asumir una pérdida de 60 millones de libras debería hacer saltar las alarmas
Incluso teniendo en cuenta la excelencia de J. Grealish en el aspecto de los pases y su laboriosidad a la hora de ganar más de 500 duelos individuales con la camiseta del City, así como sus más de 300 recuperaciones de balón, lo cierto es que en las áreas en las que debería destacar -goles, asistencias, etc.- se ha quedado muy corto últimamente.
El hecho de que el Manchester City esté dispuesto a perder unos 70 millones de euros por el jugador y a permitir que se marche por la mísera cantidad de 47 'kilos' debería hacer sonar la alarma para cualquiera de esos equipos que creen que puede rehabilitarse con ellos.
Un cambio suele ser tan bueno como un descanso, dice el refrán, y tal vez eso sea lo único que hace falta ahora para que Grealish vuelva a encender la chispa.
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