La intención del Fluminense era tender una trampa al Inter, planteando un pressing feroz y agresivo que tuvo sus frutos muy pronto. Los brasileños sorprendieron a los nerazzurri a los tres minutos, cuando un balón perdido por De Vrij generó un rapidísimo contragolpe. Fue en un centro desviado desde la derecha en el que Cano se coló sin ser molestado y batió de cabeza a un Sommer que quizás podría haber salido al borde del área pequeña. Fue un comienzo bestial de los cariocas, dispuestos a pelear cada balón bajo el pesado bochorno que gobernaba el cielo de Charlotte.
Barella dio el pistoletazo de salida al asedio del Inter en el minuto 11 con un pase en largo que Mkhitaryan prolongó y cedió a Dimarco, cuyo disparo, sin embargo, fue demasiado centrado como para inquietar a Fabio. El centrocampista sardo fue dando más intensidad a su juego con el paso de los minutos,a pesar de un terreno de juego seco y en mal estado. Un espléndido regate del 23 nerazzurro fue seguido de un preciso lanzamiento a Marcus Thuram, cuya volea con la zurda desde dentro del área se fue demasiado alta.
El que no estuvo fino, sin embargo, fue el guardameta suizo de los italianos, que a la media hora de juego rechazó un disparo corto y centrado de Arias que no era imparable. En el rechace Xavier llegó bien pero chutó desviado por cinco centímetros, justo antes del descanso. Quien nunca se rindió fue un omnipresente Barella, que en el minuto 36 provocaba una falta favorable al Inter el borde del área: la ejecución de Dimarco fue potente, pero no sorprendió al guardameta brasileño que permaneció en su puesto.
Gol anulado al Fluminense
Pero los nerazzurri bailaban demasiado atrás, y los brasileños impusieron una samba compuesta por dos cabezazos, tras los cuales René anotó el segundo gol. El VAR, sin embargo, lo anuló poco después por fuera de juego. Hubo más intensidad en los minutos finales de la primera parte, cuando Portaluppi, el entrenador carioca, lanzó el balón fuera para evitar una rápida recuperación de la falta lateral y generó un conato de trifulca, siendo incluso amonestado.
Tras una pausa en la que se regó el terreno de juego, con la esperanza de mejorar el agarre del balón a la hierba, la vuelta al campo no vio ninguna aceleración particular por parte de Lautaro y sus compañeros. A los ocho minutos, Chivu dio entrada a Carboni, Sucic y Luis Henrique por Mkhitaryan, Asllani y Dumfries. El centrocampista croata ofreció inmediatamente sensaciones positivas, encontrando pases filtrados en espacios estrechos y con una sincronización exacta. Pero el más peligroso fue el habitual Arias, que a la hora de juego lo intentó con un buen disparo que repelió Sommer con la punta de los dedos.
Sebastiano Esposito crea peligro
Sebastiano Esposito entró por un Thuram al que le faltaba rodaje, y el ex del Empoli creó peligro de inmediato: en el minuto 70, su centro desde la derecha abrió el camino para que Lautaro cediera a De Vrij, cuya intervención fue muy oportuna, pero culminó con un toque a bocajarro fuera de la portería, pese a su excelente posición. A partir de ese momento, llegaron centros desde todos los flancos, con Ignacio distinguiéndose con una serie de despejes de cabeza, mientras que el veterano Thiago Silva comandaba la retaguardia, apretando las filas.
Doble ocasión de Lautaro
Fue Dimarco quien realizó un intento convincente pero fallido desde el borde del área en el minuto 75, esta vez buscando la precisión y rozando el larguero. El capitán Lautaro lo intentó o dos veces en menos de un minuto a partir del minuto 80. En la primera, Fabio repelió instintivamente un remate a bocajarro; en la segimda, el poste le negó el gol tras un zurdazo que había sido ejecutado de maravilla.
Hércules sentencia
El Inter intentaba dejar a un lado su rabia para no perder lucidez y concreción, con Carboni prendiendo un fuego mágico por la derecha. En una buena internada del argentino en el minuto 91, Carlos Augusto llegó a remolque desde una excelente posición, pero su derechazo no fue acertado. Dos minutos más tarde, un despeje central mal despejado por el desafortunado De Vrij fue bien recogido por el Hércules, que conectó un zurdazo certero desde el borde del área.
La maldición se hizo aún más patente cuando Dimarco remató al larguero en el minuto 96. Pero para entonces el partido había terminado, y con la Torcida en las gradas cantando jubilosamente a pesar del calor, el Flu celebró su pase a cuartos de final.
Para el Inter, en cambio, un mes después de la debacle de Múnich en la final de la Liga de Campeones, llega otra derrota para cerrar de manera triste la temporada. A todo esto hay que unir que, poco antes de caer ante el PSG, el Nápoles le arrebató el título liguero y el eterno rival, el Milan, le apeó de la Coppa Italia en semifinales
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