Este compromiso escrito está fechado el 29 de septiembre, según el documento de Eagle, el holding británico propiedad del antiguo presidente del Olympique de Lyon, propietario también del equipo brasileño Botafogo y del club belga Molenbeek.
Las cuentas, presentadas a principios de octubre y que legalmente deberían haberse presentado hace varios meses, se refieren al ejercicio 2022/2023, en una época en la que Eagle aún poseía acciones del club inglés Crystal Palace.
Revelan una situación financiera crítica, con unas pérdidas de 217 millones de dólares, así como una deuda de más de 389 millones de euros a devolver a Ares antes de 2028, a tipos de entre el 16% y el 22%.
Sin embargo, se desconoce la cantidad exacta que aún debe Eagle, ya que el grupo vendió su participación en el Crystal Palace el pasado mes de julio -por 190 millones de libras (220 millones de euros), según la BBC-, lo que, según dijo, había "reducido significativamente su deuda" con los acreedores.
Al no publicar sus cuentas a tiempo, Eagle reconoce que incumplió sus obligaciones con Ares, lo que le da capacidad legal para exigir el pago inmediato de la deuda, pudiendo tomar el control de los clubes, que se utilizaron como garantía del préstamo.
"Estamos encantados de contar con el apoyo de nuestro principal prestamista", declaró John Textor a la AFP, instando a la gente a no "poner demasiado énfasis" en la duración de la suspensión.
Ares "simplemente ha proporcionado la garantía mínima necesaria para que el auditor pueda firmar la auditoría con tranquilidad", añadió. Ares no hizo comentarios cuando la AFP se puso en contacto con ella.
John Textor es criticado en Francia por su gestión financiera del Olympique de Lyon, del que se vio obligado a dimitir como presidente y que se salvó por los pelos del descenso administrativo a la Ligue2.
También es objeto de críticas en el Botafogo, club al que llevó a la cima del fútbol sudamericano, pero donde sus acuerdos financieros con varios clubes son motivo de preocupación.
También está debilitado por un litigio ante los tribunales británicos con el fondo estadounidense Iconic, que invirtió junto a él para comprar el conjunto lionés y le reclama ahora cerca de 81 millones de euros.