Centro de datos del Mirandés-Real Oviedo
Los de Miranda del Ebro ya no pueden ser catalogados de sorpresa. A estas alturas, después de haber tenido opciones hasta la última jornada para ascender automáticamente, y después de plantarse en la final por el ascenso a LaLiga, son una realidad que, además, afrontará el partido de vuelta, el decisivo, en el Carlos Tartiere, con una mínima ventaja.
Todo gracias al tanto tempranero de Reina, que llegó en el minuto 3. Un centro de Iker Benito lo cabeceó Reina para colocarlo en la red a pesar del esfuerzo de un Aarón Escandell que llegó a tocar la bola. Entre ese inicio y la baja de última hora de su gran líder, Santi Cazorla, el Real Oviedo se esperaba lo peor en Anduva. Ni siquiera tener la posesión le permitía estar tranquilo porque los locales amenazaban a la contra, como hizo otra vez Reina. Esta vez sí ganó la partida el portero.
Así transcurrieron los minutos hasta el descanso, sin que los asturianos, salvo en algún intento de Ilyas, inquietaran a Raúl Fernández.

Necesitaba más rapidez en la circulación de pelota el cuadro ovetense, pero el Mirandés se las apañó para cortar el ritmo con su presión y, sobre todo, con faltas. Lo intentó con tiros lejanos, como uno de Hassan, pero no había forma. Lo peor para ellos, lo mejor para los anfitriones, es que cada vez que éstos se acercaban al área astur, creaban peligro. Izeta rozó el segundo, pero de nuevo Escandell hizo uno de sus paradones.
El penalti
Cuando ya se aproximaba el final, Rincón cometió una imprudencia agarrando a Hassan en el área. El VAR lo cazó y cinco minutos después, ya en el 85, Colombatto pudo lanzar la pena máxima, que lo fue para él, como la gloria fue para un Raúl Fernández que detuvo el lanzamiento.
Se prolongó ocho minutos más de los 90, con sufrimiento extremo de un Mirandés que aguantó el 1-0 y tiene el ascenso a LaLiga más cerca.
