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OPINIÓN | ¿Ya se puede hablar, Lamine?

OPINIÓN | ¿Ya se puede hablar, Lamine?
OPINIÓN | ¿Ya se puede hablar, Lamine?PIERO CRUCIATTI / AFP
Con la eliminación del FC Barcelona de la Champions League a manos del Inter de Milán, el joven talento blaugrana sufrió una de las primeras decepciones grandes de su carrera.

"Mientras gane, no me pueden decir nada", aseveró Lamine Yamal (17), entre confiado, soberbio y sobrado, durante la previa de la ida de semifinales de la Liga de Campeones del pasado miércoles 30 de abril.

Una proclama que se podía volver en contra del futbolista rápidamente, pero que venía sostenida en su gran temporada y respaldada por la reciente victoria sobre el Real Madrid en la final de la Copa del Rey unos días antes.

Sin embargo, alguien debió avisar a Yamal de que realizar declaraciones como esas es un arma de doble filo y conviene pensarlo muy bien antes de hacerlas. Es muy joven y, por el momento, parece que nadie se ha propuesto pararle los pies dentro del Barcelona. Y mucho menos en su casa.

A la larga, si las cosas no van saliendo del modo en que se esperaba, tal y como sucedió en el Giuseppe Meazza, esas salidas de tono van a terminar afectando negativamente a la figura de un chico que deslumbra en lo futbolístico, pero todavía deja mucho que desear con su comportamiento.

Con 17 años, habiendo cosechado grandes logros para su edad, pero sin una trayectoria consolidada, se permite el lujo de dictar cuándo se puede y cuándo no está permitido decirle nada o hacerle una crítica. Algo chocante, teniendo en cuenta que hasta los más grandes han aceptado, de mejor o peor manera, comentarios sobre ellos.

Un reflejo de la sociedad

Sorprende que desde el Barça, un club que siempre se ha caracterizado por educar a sus canteranos en unos valores de respeto y dedicación al fútbol, permita algunos de los comportamientos de su estrella adolescente. ¿De verdad nadie pudo decirle que es una falta de respeto subirse a un palco de autoridades con gafas de sol a saludar al rey de su país?

Desde luego, si no le reconducen desde la entidad culé, no lo va a hacer bajo el amparo de hustle_hard_304su padre. Mounir Nasraoui, que así se llama realmente, está más pendiente de vivir el sueño y explotar el éxito de su hijo con el fin de salir en todas partes que de buscar lo mejor para el jugador. Es escandaloso, poco respetuoso en muchos de sus actos y cuenta con varias de las características de un mal ejemplo.

En definitiva, Lamine Yamal es ahora mismo un vivo reflejo de la sociedad actual. Los chavales de su edad (no todos, pero sí bastantes) se han acostumbrado a crecer sin límites, haciendo lo que les viene en gana, y pensando que nadie les puede decir nada. Como todos, el '19' blaugrana está a tiempo de adoptar unos códigos de educación que le vendrán muy bien en su trayectoria, pero, por el momento, a ver si nos deja hablar ya o tiene que darnos permiso.

Miguel Baeza - Editor
Miguel Baeza - EditorFlashscore