Día triste y sentido en la afición merengue. Uno de esos que, como sucedió el año pasado con Toni Kroos, permanecerá en la mente de todos los que, de algún modo, disfrutaron con las travesuras futbolísticas de Luka Modric en el Santiago Bernabéu.
El croata finalizaba, como cada temporada desde hace unas cuantas, su contrato el 30 de junio. No había habido contactos aún porque el club, con los más veteranos, siempre espera hasta el final. Y casi, al menos en el caso de leyendas como el de Zadar, deja que tomen ellos la decisión.
Parecía que la llegada de Xabi Alonso podría facilitar su continuidad. Pero finalmente no será así y Modric jugará este sábado ante la Real Sociedad su último partido en el coliseo blanco como madridista. Aún le quedará el Mundial de Clubes como último servicio al Real Madrid, pero su gloriosa etapa ya llega a su fin.
Las palabras del veterano centrocampista croata las reproducimos íntegramente.
"Queridos madridistas:
Ha llegado el momento. El momento que nunca quise que llegara, pero así es el fútbol, y en la vida todo tiene un principio y un final… El sábado jugaré mi último partido en el Santiago Bernabéu.
Llegué en 2012 con la ilusión de vestir la camiseta del mejor equipo del mundo y con la ambición de hacer cosas grandes, pero no me podía imaginar lo que vino después.
Jugar en el Real Madrid me cambió la vida como futbolista y como persona.
Me siento orgulloso de haber formado parte de una de las épocas más exitosas del mejor club de la historia.
Quiero dar las gracias de corazón al club, especialmente al presidente Florentino Pérez, a mis compañeros, entrenadores y a toda la gente que me ha ayudado durante todo este tiempo.
A lo largo de estos años he vivido momentos increíbles, remontadas que parecían imposibles, finales, celebraciones y noches mágicas en el Bernabéu… Lo hemos ganado todo y he sido muy feliz. Muy, muy feliz.
Pero más allá de los títulos y las victorias, me llevo en el corazón el cariño de todos los madridistas. De verdad que no sé cómo explicar la conexión tan especial que tengo con vosotros y lo apoyado, respetado y querido que me he sentido y me siento. Nunca olvidaré cada ovación y todos los gestos de cariño que habéis tenido hacia mí.
Me voy con el corazón lleno. Lleno de orgullo, de gratitud y de recuerdos imborrables. Y aunque, tras el Mundial de Clubes, ya no vaya a vestir más esta camiseta sobre el césped, yo siempre seré madridista.
Nos volveremos a ver. El Real Madrid siempre será mi casa. Para toda la vida.
Hala Madrid y Nada Más.