Cada 365 días (366 en el caso de 2024) a todos nos toca hacer balance en el día de nuestro cumpleaños. En este viernes 20 de diciembre es el turno de uno de los mejores futbolistas del planeta, Kylian Mbappé, que alcanza la cifra de 26 inviernos pocos días después de marcar en una final con el Real Madrid.
Sin duda, ha sido un año complicado, en lo deportivo y lo emocional para el atacante natural de Bondy (París). Tuvo que decidir si dejar su ciudad en busca de cumplir un sueño de infancia. Cuando decidió dar el paso y comunicarlo al Paris Saint-Germain, la realidad se volvió más oscura. Catar, propietario del club, intentó dejarle en la grada toda la temporada 2023/24, pero, por suerte, Luis Enrique se opuso y confió en él.
A pesar del apoyo del técnico asturiano, Kyky soportó, durante meses, una enorme presión y el estrés provocó que no llegara en la mejor condición a la Eurocopa, en la que España, a la postre campeona, eliminó a Les Bleus en semifinales con el '10' pasando desapercibido.
Después de la cita continental volvió a ver brillar el sol con su presentación en un Santiago Bernabéu abarrotado. Comenzaba una nueva era, aunque la escasez de días de vacaciones antes de entrenar con el Real Madrid hizo que el cuento de hadas se abriera de manera algo dubitativa.
Un propósito para los 26
Uno de los debes de Mbappé en la apertura de su primer curso como merengue es el de alcanzar una mayor regularidad y afinar la puntería de cara a portería. Por lo demás, lo está poniendo de su parte con el fin de convertirse en la leyenda que la afición espera.
Es innegable que el internacional galo ha mejorado su estado físico, incluyendo una notable bajada de peso, desde el mes de agosto. Y, pese a que muchos le acusan de andar con la pólvora mojada, ya son 16 contribuciones directas de gol (13 dianas y tres asistencias) en 23 apariciones las que ha hecho con la elástica blanca.

Además, en seis meses en la capital de España ya ha conseguido dos trofeos con lo cuales no pudo hacerse en París ni Mónaco, la Supercopa de Europa y la Copa Intercontinental. De hecho, en ambas finales dejó su impronta, marcando un tanto en cada una de ellas y dando el último pase antes del golazo de Rodrygo en la definición del torneo mundial.
Sus detractores intentan bajarle los ánimos cada día, pero La Tortuga ha dejado pinceladas más que de sobra de lo que es capaz de lograr. Solo necesita un poco de confianza. Sin duda tiene motivos de sobra para celebrar y creer en el 26 aniversario de su nacimiento.