Iker Losada vuelve al lugar donde todo comenzó: el Celta de Vigo. A falta de las pruebas médicas pertinentes, el joven atacante defenderá otra vez el escudo celeste apenas un año y medio después de su salida al Racing de Ferrol, donde brilló con luz propia a base de goles (nueve) y asistencias (siete).
Su papel en el conjunto andaluz ha sido secundario, con un total de 15 encuentros jugados pero muy pocas titularidades. El balance de minutos ha sido de 620 entre todas las competiciones y no ha visto portería en ninguna ocasión, si bien repartió una asistencia en la eliminatoria copera frente al Gévora (1-6).
Hay que destacar que Losada se formó en A Madroa desde que era benjamín, cuando ni siquiera alcanzaba los 10 años, y fue erigiéndose como una de las grandes promesas de la cantera. Y tal fue su crecimiento que debutó con el equipo principal durante la temporada 2019/20 en una jornada perfecta en lo individual -marcó ante el Real Madrid-.
Iker, que puede presumir de ser el primer goleador del Celta nacido en el siglo XXI, llega a un lugar que es hogar y donde presumiblemente tendrá toda la confianza, más si cabe teniendo en cuenta la forma de actuar de Claudio Giráldez. "Un esperado regreso que marca una nueva etapa en su trayectoria deportiva", expone el club en el texto.
Sus números en el filial vigués fueron extraordinarios (17 dianas y 12 asistencias), un rendimiento que le permitió ser internacional en las categorías inferiores de España. Ahora, ya con una mayor madurez y experiencia, además de formar parte de la plantilla de los mayores a todos los efectos, intentará dejar huella en LaLiga.