Fernández Borbalán fue árbitro de LaLiga durante más de una década y debutó en la máxima categoría del fútbol español en 2004. Pero fue en El Clásico de Copa del Rey donde reconoce que vivió una de las noches más duras de su carrera. En 2011, Fernández Borbalán mostró siete tarjetas amarillas y tres rojas. Sin embargo, la eliminatoria siempre será recordada por el dedo en el ojo que el exentrenador del Real Madrid José Mourinho le metió al por entonces segundo entrenador del Barcelona, Tito Vilanova.
Tras retirarse en 2018, Fernández Borbalán es ahora mentor de la próxima generación de árbitros de partidos y habló con Tribalfootball.com sobre su carrera y los cambios que hemos visto en el arbitraje en los últimos años.
¿Puede compartir sus recuerdos de su debut como árbitro de LaLiga en 2004?
Sinceramente, a pesar de los años que han pasado, ese recuerdo sigue vivo. Nunca imaginé, al principio de mi andadura arbitral, que llegaría a LaLiga. Aquel día sentí un orgullo inmenso, era la validación de todo el esfuerzo que había hecho. También pensé mucho en los que me apoyaron: mi familia, mis amigos íntimos y mi comité local de árbitros. Su orientación en mis años de formación fue inestimable, y siempre les estaré agradecido.
¿Cuáles han sido los mejores momentos y los más difíciles de su carrera?
Siento una inmensa felicidad cuando pienso en mis 14 temporadas en LaLiga. Viajar por todo el mundo me hizo darme cuenta de lo prestigioso que era arbitrar partidos como El Clásico o los grandes derbis. Sin embargo, como cualquier deportista, también viví momentos difíciles. Para los árbitros, no hay nada peor que cometer un error crítico en un partido. Duele defraudar al equipo afectado, a tu comité de árbitros y a ti mismo, porque te esfuerzas por rendir al máximo. El momento más difícil de mi carrera fue una lesión que sufrí durante el partido Anzhi-Liverpool en 2012. Me rompí un ligamento de la rodilla y estuve seis meses de baja. Superar ese periodo fue extremadamente duro, tanto física como mentalmente.
Como árbitro, ¿cómo lidió con jugadores de distintas personalidades?
Al más alto nivel, los árbitros deben gestionar a jugadores con personalidades desafiantes. Crear confianza y fomentar la buena armonía en el campo son cruciales. Aunque prefiero no nombrar a jugadores difíciles, diré que hay individuos que encarnan la actitud ideal. Jugadores como Raúl González (Real Madrid) y Carles Puyol (Barcelona) siempre trataron a los árbitros con respeto, incluso en los momentos más tensos. Cuestionaban las decisiones, pero siempre con educación, y merecían explicaciones a cambio.
¿Y los entrenadores? ¿Hubo alguno especialmente difícil de dirigir?
Destaco a José Mourinho. Su etapa en el Real Madrid, sobre todo en los enfrentamientos con el Barcelona, fue muy tensa. Yo arbitré uno de esos Clásicos, en el que Mourinho tuvo un grave altercado con el segundo entrenador del Barcelona. El ambiente en esos partidos era electrizante pero agotador. También me gustaría rendir homenaje a Manuel Preciado, un entrenador español que falleció en 2012. Era apasionado y expresivo, pero siempre respetuoso. No importaba el resultado, se acercaba a la sala de árbitros después del partido para dar la enhorabuena, un verdadero ejemplo de deportividad.
¿Algún momento especial de su carrera?
La final de la Copa del Rey de 2012 en el estadio Vicente Calderón ocupa un lugar especial en mi corazón. El Athletic Club se enfrentaba al Barcelona y mi familia, mi madre, mi mujer y mi hermana, estaban en las gradas. Compartir con ellos un momento tan importante fue inolvidable.
¿Qué estadio tuvo el ambiente más impresionante?
Aunque tuve la suerte de arbitrar en muchos estadios emblemáticos, el Signal Iduna Park (estadio del Borussia Dortmund) me dejó una impresión imborrable. La pasión y la energía de los aficionados crean un ambiente electrizante que no tiene parangón en ningún otro lugar.
¿Cómo ha cambiado el arbitraje desde sus inicios?
Los árbitros, al igual que los jugadores, tienen ahora acceso a recursos avanzados de preparación física, nutricional y psicológica. Esta evolución ha elevado considerablemente el nivel del arbitraje desde mi debut en 2004.
¿Qué opina del VAR?
El VAR se introdujo para ayudar a los árbitros, y es innegable que ha reducido los errores. Sin embargo, su uso en decisiones subjetivas sigue generando controversia, ya que las interpretaciones varían. Aunque algunos prefieren el fútbol sin VAR, yo apoyo la asistencia tecnológica: es una herramienta valiosa para mejorar la imparcialidad.
¿Cómo valora el nivel de los árbitros esta temporada?
Los árbitros españoles están teniendo un rendimiento excepcional. Con una liga más competitiva que nunca, se enfrentan a una presión adicional, pero su profesionalidad es encomiable. En Europa, el liderazgo de Roberto Rosetti en la UEFA ha elevado el nivel, y ahora surgen árbitros de alto nivel en muchos países.
¿Qué ha hecho desde que se retiró?
He seguido muy involucrado en el arbitraje. Fui Vicepresidente del Comité Español de Árbitros durante cuatro años, y después me trasladé a Bulgaria como Presidente de su Comité de Árbitros. Actualmente, trabajo como instructor de árbitros de la FIFA y la UEFA y observador de partidos internacionales. Estoy abierto a futuras oportunidades, surjan donde surjan.