El cambio no le sentó nada bien al marroquí, que empezó a golpear todo lo que tenía a mano, una nevera y una botella entre otras cosas, y empezó a hacer gestos de desaprobación.
Quique Sánchez Flores (59) se dirigió al delantero para recriminarle su actitud y En Nesyri se encaró con su entrenador, hasta tal punto que tuvo que ser apartado por Lucas Ocampos.