Después de la enorme decepción que supuso para directivos, jugadores y aficionados el no poder disfrutar en el Camp Nou de la fiesta de presentación que suele ser el Gamper -se jugará finalmente en el Johan Cruyff-, el Barcelona apretó aún más a los responsables para que las obras del estadio azulgrana se acelerasen y que el Ayuntamiento de la capital catalana pudiera autorizar su apertura y uso a tiempo para el inicio de la temporada oficial. El césped ya está colocado, los interiores avanzan a buen ritmo, la grada va pillando color...
Hay que recordar que el equipo disputará las tres primeras jornadas como visitante después de la petición realizada a LaLiga, por lo que no será hasta el 14 de septiembre cuando juegue el primer encuentro como local.
Y ahora sí, todo apunta a que ese partido frente al Valencia, se podrá jugar en el remozado campo del distrito de Les Corts. Desde el entorno del club así lo deslizan, dando por hecho que tendrán seguro esa licencia de primera ocupación, así como el resto de permisos necesarios en materia de seguridad y accesibilidad, en la primera semana de septiembre.
Entonces, las puertas del nuevo Camp Nou se podrán abrir para acoger un encuentro con un aforo de 27.000 espectadores, ubicados en las zonas de gol sur y tribuna. Luego, sucesivamente, se irá ampliando conforme se puedan ir utilizando el resto de gradas: 45.000 cuando se pueda ocupar el lateral, 62.000 cuando se pueda sumar el gol norte, y 104.000 cuando se pueda utilizar ya todo el estadio, algo que debería llegar para finales de 2026, ya en la siguiente temporada.
Pero el objetivo a corto plazo es poder jugar el primer encuentro como local en casa en el Camp Nou, aunque sea con una capacidad mínima.