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Contracrónica: La magia de Lamine no es suficiente

Lamine Yamal, ante el Betis
Lamine Yamal, ante el BetisPhoto by CRISTINA QUICLER / AFP
El Barça cede dos puntos de oro en Sevilla y se salva de una debacle ante un gran Betis. Lamine Yamal fue el mejor de los blaugranas y al final se retiró frustrado por el 2-2.

Un empate en el descuento le duele a cualquiera. Más si has participado en los dos goles. Si con tu magia has alimentado la zona ofensiva del Barça. Si no has dejado de intentarlo durante casi 99 minutos de fútbol en el Benito Villamarín. 

Lamine Yamal es fútbol, es gol, es regate, desborde y es el pulmón de un Barça que tuvo dos caras en Sevilla: una positiva en la primera parte, en donde resolvió de forma inteligente un partido que inició de manera irregular. La segunda, una incómoda ante la presión del Betis. Fastidiada por la buena gestión de Marc Roca, Lo Celso y compañía. Desconectada en una defensa que concedió dos goles que pasan factura.

La primera parte del Barça ha sido solvente: el equipo resolvió en una elegante combinación que definió el de siempre, Lewandowski, casi a placer, hizo el 0-1. Claro está que el Betis tuvo dos opciones  perdidas (algo habitual en este equipo que genera y genera pero tiene problemas para definir), siendo la más evidente el mano a mano desperdiciado por Ez Abde ante Iñaki Peña.

La segunda mitad fue diferente. La presión del Betis confundió a los culés. Lo Celso empató con un penalti cometido por un De Jong que debe acudir a la autocrítica (tardó dos minutos en cometer la infracción tras entrar de cambio). Al final, no ha sido el error de Frenkie el que ha costado el empate: la línea adelantada (que busca el fuera de juego rival) no ha sido suficiente para frenar a los atacantes verdiblancos. El ‘Chimmy’ Ávila se movía como pez en el agua en el campo, Abde insistía e insistía y, sobre el final, Assane Diao puso el 2-2 en el descuento. Un 2-2 que refleja esas líneas adelantadas, desconcentración y desgaste.

La ventaja para Flick, queda mucho camino y el calendario ocasionará que los rivales cedan. La desventaja, en Sevilla se ha vuelto a demostrar que la magia de Lamine no basta. Él solo no puede tirar del carro. 

PD: De nada vale una primera parte aceptable si se tira todo al agua en la segunda.