El Pipo, que salvó al Valencia de una complicadísima situación cuando llegó en el curso 22/23 y lo mantuvo con relativa tranquilidad la pasada campaña, no ha podido cumplir con su objetivo en la actual. Se marcha dejando un gran recuerdo entre los seguidores che y un buen puñado de jóvenes jugadores por los que, a buen seguro, Peter Lim y su directiva, intentarán sacar rédito económico.
"GRACIAS... en primer lugar y ante todo, por la confianza puesta en mí para cumplir uno de mis sueños profesionales, entrenar a mi @valenciacf. Han sido casi dos años muy intensos en que hemos compartido muchas emociones, alegrías y también frustraciones. Desde el primer día hasta el último he dado lo mejor de mí, me he dejado el alma para ayudar al Valencia CF a superar esta difícil situación. Solo quiero recalcar mi agradecimiento al cariño del valencianismo y mi deseo y total convicción en que esta plantilla, que también se entrega para dar lo mejor, logre alcanzar el objetivo. En mi corazón ha estado, está y estará siempre el Valencia CF y, pese a que es un momento triste, esta etapa ha sido un privilegio y un orgullo. Hui més que mai, AMUNT Valencia! (Hoy más que nunca, ¡ARRIBA, Valencia!, nota del redactor)".