Decepcionado con la liga, la Roma acudió a la casa del Tottenham para intentar sacudirse el moho en Europa. El planteamiento, sin embargo, vio cómo el mismo molde minaba los reflejos de Hummels, que a los dos minutos derribó a Sarr en el área y provocó un penalti, concedido tras consulta a VAR. Un penalti pateado a la perfección por un Son glacial, que inmediatamente pareció hundir los ánimos de los giallorossi.
En cambio, como por arte de magia, el manotazo activó a Dybala y a sus compañeros: el argentino frotó la lámpara desde la derecha y sacudió a su equipo con su estilo. Y en el minuto 20, en un saque de falta desde la izquierda, la Joya encontró a la perfección a Ndicka en el área, cuyo cabezazo se coló por debajo del travesaño y cruzó la línea de gol de Forster.
Fue un tanto que dio mucha confianza a los romanos, que se adueñaron del centro del campo e incluso encontraron la puntería inmediata con El Shaarawy. Pero la volea del italo-egipcio desde el borde del área estaba en fuera de juego, y tras la revisión fue invalidada. Sin embargo, el partido se aceleraba por ambos lados: primero Angeliño salvó en la línea un remate de Johnson, y luego Forster realizó un buen despeje rápido a ras de suelo en una volea en el primer palo de un dinámico Dybala.
El argentino, sin embargo, fue luego el autor de una descuidada descarga en la banda derecha en el minuto 33. Ese pase erróneo propició un contragolpe en el que Kulusevski se zafó de Hummels y recortó hacia el área contraria con una trayectoria en la que Johnson irrumpió y batió a Svilar al contragolpe.
La tendencia hacia el final de los primeros 45 minutos fue de dominio por parte de los ingleses, que cambiaron con frecuencia de banda de ataque, alternándose Son, Kulusevski y Porro. El coreano volvió a estimular los reflejos de un rápido Svilar, que pudo evitar el tercer tantolocal, mientras que el escandinavo trató de imitar a su compañero, pero no encontró portería.

En la segunda parte, Ranieri buscó el golpe de efecto dando entrada a Soulé por Dybala. Y, después de dos goles anulados por fuera de juego, fue el ex del Frosinone quien puso en marcha una preciosa jugada vertical a la hora de juego. De ese pase filtrado por la derecha, el centro del turco encontró a Angeliño, que se lanzaba a la carrera, y su volea acabó en el larguero. Un minuto después, sin embargo, fue Pedro Porro quien estrelló el balón en el larguero con un elegante lanzamiento de falta desde la frontal del área.
Con el ritmo subiendo a pesar del paso del tiempo, los Spurs buscaron asestar el golpe definitivo al contragolpe, pero la Roma no estaba dispuesta a rendirse. De hecho, en el minuto 67, un disparo raso de Koné hizo temblar al estadio inglés al salir rozando el poste. Y lo que es más importante, demostró la resistencia de la Roma. Svilar volvió a responder a Johnson, mientras que en el minuto 80 no pudo hacer nada ante Solanke, sin embargo, su cabezazo se estrelló en el travesaño.
En un lío de última hora, Porro regaló un balón suelto a Dovbyk, cuyo movimiento no fue lo bastante rápido como para cabecear hacia Forster, que casi increíblemente lo detuvo como pudo. Koné se hizo gigante en la final, dirigiendo el tráfico y robando innumerables balones.
Pero en el siguiente saque de esquina, Angeliño sacó un centro raso y potente que el inmortal Hummels aprovechó, rematando sin oposición para encontrar el gol del 2-2. El gol de la redención. El gol que le valió al Roma un merecido empate por las ganas mostradas sobre el terreno de juego. El gol que pudo cambiar una temporada.

Jugador Flashscore del partido: Dybala (Roma)