Las dos competiciones principales del fútbol continental en Europa no tendrán representantes españoles (el Betis clasificó con sufrimiento para la definición de la Conference League, una competición reciente y sin el bagaje de las dos anteriores). En la Champions, que contó con el FC Barcelona deslumbrando hasta las semifinales, en donde cayó con el Inter en una eliminatoria excepcional, los aficionados del fútbol español querían ver un Clásico en la final de Múnich. Tal y como ocurrió en 2013, cuando se pensó que el Madrid de Mourinho chocaría con el Barça, ninguno de los dos clubes nacionales avanzó a la última instancia del torneo.
En aquel entonces, el Borussia Dortmund de Jurgen Klopp eliminó al Madrid. En la otra llave, el Bayern goleó al FC Barcelona y definió una final alemana en Wembley que, a la postre, ganaron los bávaros por 1-2 con un gran partido de Arjen Robben.
En la Europa League la suerte ha sido similar. Muchos seguidores del fútbol vasco querían ver un derbi en San Mamés. La Real Sociedad, sin embargo, se despidió pronto de la Europa League luego de perder con el Manchester United, que también ejerció de verdugo del Athletic Club en las semifinales.
Los aficionados del Athletic, además, tendrán el durísimo castigo de ver al United, equipo que los eliminó, disputar la final de la Europa League ante el Tottenham.