Ancelotti no le convocó para el parón internacional de septiembre con Brasil, se quedó trabajando en Valdebebas 10 días con el fin de mejorar su condición tras un inicio de temporada con dos goles y una asistencia, aunque dubitativo, pero el regreso de LaLiga le volvió a deparar a Vinicius (25) una actuación gris y acabar el partido en el banquillo.
Su situación destaca más (en lo negativo) al ser comparada con el sensacional momento que atraviesa Kylian Mbappé (26), que ya es máximo goleador del campeonato con cuatro tantos y lo ha jugado casi todo (sólo se perdió tres minutos contra el Oviedo en la Jornada 2).
La calidad del de Río de Janeiro sigue ahí, pero parece haber perdido la alegría que le ha caracterizado desde que pisó por primera vez el césped del Bernabéu. Le falta chispa y ha dejado de ser el habilidoso regateador que aparecía en las pesadillas del que se atreviera a ponerse en su paso. De hecho, frente a la Real Sociedad, apenas completó el 43% de sus regates (3/7).
Por otro lado, está la forma de hacer las cosas del nuevo entrenador. Para Carletto, Vini era prácticamente intocable, pero desde que está Xabi Alonso, sólo ha disfrutado de los 90 minutos en un encuentro, ante la Juventus en el Mundial de Clubes.
Nuevos planes
El caso es que la intención del técnico tolosarra con el '7' blanco parece ser que este se esfuerce y corra más, sobre todo en el inicio de la presión en campo rival y en las ayudas defensivas al lateral de su banda. Por el momento, las medias de distancia del brasileño no satisfacen las expectativas del cuerpo técnico y están trabajando en mejorarlas.
Pero, a fin de cuentas, lo que el aficionado espera de un mago del balón como Vinicius es que maraville en ataque, lo que no ha sucedido en lo que va de temporada, salvo, tal vez, en la visita al Carlos Tartiere, donde curiosamente arrancó como suplente.
Ahora, la Champions League está de vuelta y el Real Madrid espera que el aire de Europa ayude al carioca a recuperar su mejor versión. Este martes (21.00 horas), la visita del Olympique de Marsella al Bernabéu se presenta como una oportunidad de oro.