El concepto
Las figuras más influyentes detrás del proyecto de la Superliga Europea eran el ya mencionado Pérez, que iba a ser el líder de toda la nueva organización, y cuatro que serían sus vicepresidentes: Andrea Agnelli (presidente de la Juventus) y tres estadounidenses: Joel Glazer (copresidente del Manchester United), John W. Henry (propietario del Liverpool) y Stan Kroenke (propietario del Arsenal).
El formato de la competición se diseñó inspirándose en la Euroliga europea de baloncesto. La Superliga Europea contaría con 20 clubes de fútbol que se enfrentarían entre sí.
15 de estos equipos serían "miembros permanentes" y se denominarían "clubes fundadores". Estos últimos regirían el funcionamiento de la competición, mientras que cinco plazas se otorgarían a clubes a través de un mecanismo de clasificación centrado en los equipos con mejor rendimiento en la última temporada de la liga nacional de su país.
Cada temporada, los equipos de la Superliga Europea se dividirían en dos grupos de 10 clubes, que jugarían en casa y fuera en un formato de doble vuelta para 18 partidos de grupo por equipo, con partidos entre semana para evitar coincidir con las ligas nacionales de los clubes.
Después de esta fase de grupos, los tres primeros de cada grupo se clasificarían para cuartos de final, mientras que los equipos que terminasen cuarto y quinto de cada grupo disputarían eliminatorias a doble partido para decidir los dos últimos cuartofinalistas.
La parte final de la competición se disputaría en un periodo de cuatro semanas al final de la temporada, con los cuartos y las semifinales a doble partido, mientras que la final sería a partido único en una sede neutral.
Sociedad exclusiva
Durante el anuncio de la creación de la Superliga europea, Florentino argumentó que la nueva competición "proporcionaría partidos de mayor calidad y recursos financieros adicionales para la pirámide futbolística en general", y que aportaría "un crecimiento económico y un apoyo significativamente mayores al fútbol europeo a través de un compromiso a largo plazo con pagos de solidaridad sin tope, que crecerán en línea con los ingresos de la liga".
Otros argumentos de Pérez fueron que la Superliga Europea atraería a una nueva generación de jóvenes aficionados al fútbol y mejoraría el VAR y el arbitraje.
En el momento del anuncio, en abril de 2021, 10 de los clubes fundadores estaban entre los 14 primeros de la clasificación del coeficiente de clubes de la UEFA, y sólo el Inter (26º) y el AC Milan (53º) quedaban fuera. Los 12 clubes estaban entre los 16 primeros de la lista Forbes 2021 de los clubes de fútbol más valiosos.
A los 12 miembros fundadores iban a unirse el Bayern de Múnich, el Borussia Dortmund y el París Saint-Germain en el citado núcleo de 15 clubes, pero los tres rechazaron participar en la competición, condenando públicamente el concepto. Pérez alegó que los tres clubes no habían sido invitados.
Rechazo total
Muchos otros clubes franceses, alemanes, portugueses, italianos y neerlandeses también se sumaron a la postura de rechazo de Bayern, Borussia y PSG.
Por ejemplo, el Everton criticó la incorporación de los "seis grandes" clubes ingleses a la Superliga europea, acusándoles de "traicionar" a los aficionados al fútbol.
Otro equipo tradicional inglés, el Leeds United, antes de un partido de la Premier League contra el Liverpool y justo un día después del anuncio de la Superliga europea, reaccionó con jugadores que calentaban con camisetas en las que aparecía el logotipo de la Liga de Campeones de la UEFA junto a la leyenda "gánatelo" en la parte delantera, y "el fútbol es para los aficionados" en la trasera.
En la Serie A, la Atalanta, el Cagliari y el Hellas Verona pidieron que se expulsara de la liga nacional a los equipos italianos que formaban parte de la Superliga.
Reacciones y protestas similares se produjeron también en muchos otros equipos, ya que los aficionados mostraron una enorme ola de descontento. En muchos lugares se celebraron protestas contra la Superliga Europea y directamente contra los clubes implicados y sus representantes.
Reacciones de políticos y personalidades del fútbol
La creación de la Superliga Europea también fue condenada (entre otros) por el presidente francés, Emmanuel Macron, y el ex primer ministro británico Boris Johnson, quien también anunció que no podía descartar la introducción de leyes que prohibieran a los clubes unirse a la Superliga Europea.
El exjugador del Manchester United y ahora influyente comentarista de televisión Gary Neville también representó una destacada voz crítica.
Afirmó que la creación de dicha liga era "un acto de pura codicia". Se mostró especialmente decepcionado por la entrada de su antiguo club en la nueva iniciativa, y afirmó que debían tomarse medidas estrictas contra los clubes fundadores, incluidas prohibiciones de participar en competiciones europeas (organizadas por la UEFA) y deducciones de puntos en sus ligas nacionales.
Fin rápido
La presión contra la creación de la Superliga europea fue enorme y numerosa, ya que todo el ambicioso proyecto terminó rápidamente.
En sólo unos días, muchos de los clubes implicados empezaron a retirarse, y toda la idea quedó desechada. Al menos por ahora.