Montilivi vivió el último partido de la liguilla de la Champions League en recuerdo a la memorable temporada 2023/2024 que firmaron Míchel y los suyos.
Los rojiblancos no cumplieron del todo las expectativas, pero ya dijo su entrenador que vivir una experiencia de este estilo les iba a dar fuerza para intentar volver a pisar el luminoso escenario europeo.
Arteta alineó un equipo con alguna que otra cara menos habitual que de costumbre, como por ejemplo Neto o Kiwior. Sterling, que partió por el flanco izquierdo, y las incorporaciones de Calafiori fueron difíciles de detectar.
Al Girona le pudo la presión
Se vio rápidamente a qué equipo le servían más los puntos. Al Arsenal le convenía llevarse la victoria para conseguir encaramarse a una de las posiciones nobles de la clasificación.
Abel Ruiz hizo que toda la grada mantuviese la respiración en los primeros instantes tras una mano involuntaria que, por suerte, no mereció revisión de VAR. Pero los gunners olieron la sangre y Trossard no dudó en avisar a Pau López. Sterling, que estuvo muy participativo, encontró a Calafiori dentro del área. El central, que actuó de lateral en defensa y de interior en ataque, batió por debajo de las piernas al portero del Girona.
Por suerte para los catalanes, el italiano se apresuró más de la cuenta y cayó en fuera de juego. El tanto dio más energía a los londinenses, que acorralaron a sus oponentes en los minutos posteriores.
La Champions no fue amable con Míchel en las primeras siete jornadas, pero quién sabe si le estaba guardando un postre en la octava. Juanpe, autor de uno de los goles de la única victoria gironí, dibujó un pase precioso a la espalda de la defensa del Arsenal en busca de Danjuma. El neerlandés se adelantó a los defensas de negro y superó a un Neto que salió a por uvas, 1-0.
Los nervios crecieron en el equipo que necesitaba los puntos y con sus imprecisiones permitieron correr a Tsygankov y Danjuma, que a punto estuvieron de aumentar la ventaja en el marcador.
En uno de los arreones del Arsenal, Arnau cometió el error de derribar dentro del área a Thomas cuando el ganhés ya había perdido el balón. Jorginho no falló desde los 11 metros y empató el duelo.
El correcalles que se creó no favoreció al Girona, que desprotegió su retaguardia y dio espacio a un Nwaneri que no perdonó desde la frontal del área.
Menos mal que acabó la primera mitad, Trossard pudo poner el 1-3, pero reventó el travesaño y dejó vivo el partido.
Una poesía sin rima final
El Arsenal salió decidido a matar el partido y en menos de cinco minutos amenazó en dos ocasiones con aumentar las distancias.
No cambió la tónica, los delanteros visitantes siguieron levantando dolor de cabeza a Francés, Juanpe y sobre todo a Arnau, que volvió a jugarse el penalti ante Sterling. El árbitro consideró que el inglés se lanzó a la piscina, por lo que le sacó la tarjeta amarilla.
Al Girona cada vez le empezó a costar más salir de la cueva, y cuando lo hacía se exponía bastante más a las flechas inglesas.
El colofón que los de Míchel merecían sucedió a falta un cuarto de hora de partido. Portu, leyenda del club, asistió a Stuani, más leyenda todavía, para anotar el empate. Sin embargo, cuando las cosas no salen... El VAR pilló al extremo adelantado y anuló lo que podría haber sido un cierre poético.
Se lanzó el Girona en busca de la epopeya, pero el Arsenal aguantó, incluso buscó la portería contraria. En una de esas, Francés, en otro error extraño, apartó el balón con la mano provocando un penalti en el descuento. Pau López detuvo la pena máxima a Sterling, pero al Girona no le dio tiempo a empatar.
Jugador Flashscore del partido: Jorginho (Arsenal)