Venía de ganar cinco premios Grammy hace pocos días por su tema 'Not Like Us' y necesitó menos de un cuarto de hora para demostrar por qué muchos le consideran el mejor rapero de la historia. Kendrick Lamar llevó parte de su magia a Nueva Orleans y honró a todas las estrellas que pasaron por el descanso del 'Gran Partido' antes que él.
La primera sorpresa llegó con la aparición del veterano actor de Samuel L. Jackson como narrador de la historia que quiso contar el también ganador del Premio Pulitzer. El leitmotiv de la actuación fue la reivindicación constante de temas políticos, destacando la exhibición de la bandera de Palestina en presencia del presidente Donald Trump.
Realizando comparaciones, la puesta en escena y la sobriedad del escenario nos recordaron al espectáculo de Usher el año pasado. Lamar, siempre con el micro en la mano y apareciendo en escena sobre un bonito coche, estuvo rodeado constantemente de un imponente cuerpo de baile, en el que se coló Serena Williams.
En el terreno de lo musical, el setlist se inició con 'Squabble Up', prosiguiendo con 'Be Humble' y terminando por la esperadísima 'Not Like Us', durante la que atacó, sin miramientos, a su archienemigo Drake. La anunciada colaboración con SZA vino de la mano del tema 'All the Stars'.
De nuevo, la NFL hizo historia con el show del descanso de la Super Bowl. Kendrick Lamar es una leyenda del rap y lo dejó claro en Nueva Orleans.