El nuevo Highmark Stadium promete dejar a todos con la boca abierta. Más si cabe, teniendo en cuenta que los Buffalo Bills y sus aficionados se mudarán del cuarto estadio más antiguo de la NFL (inaugurado en 1973) a otro con comodidades propias del siglo XXI.
El traslado, sin duda, no resultará barato. Al comienzo del proyecto se esperaba que costara unos 1.400 millones de euros, pero a lo largo de la obra han surgido una serie de sobrecostes que disparan el precio hasta los ¡2.000 kilos! Ese importe extra lo asumirán los propietarios del equipo, Terry y Kim Pegula.
Pero todo el esfuerzo merecerá la pena. En 2026 el nuevo feudo de los neoyorquinos se encontrará listo para albergar partidos de fútbol americano y otros eventos. Además, destacará como uno de los coliseos más tecnológicos del mundo gracias a algunos avances que, a buen seguro, copiará más de una entidad deportiva en el futuro.
Detrás de la ejecución de esta idea se encuentra The Turner Corp., filial en Estados Unidos de ACS, empresa de construcción fundada y presidida por Florentino Pérez, presidente del Real Madrid desde 2009 en su segundo mandato al frente de la Casa Blanca.
Sin cubierta, pero con truco
Precisamente, el dirigente merengue se encuentra cerca de finalizar las obras del Santiago Bernabéu (con otra empresa que no es la suya), casa de su equipo, y lo ha hecho famoso por colocarle una gran cubierta muy característica. Pero sobre todo, su mayor orgullo es el hipogeo en el cual se guarda el césped después de los partidos para permitir realizar otros eventos en un suelo menos perecedero ubicado justo debajo del terreno de juego.
Con Pérez tras el telón, cabía esperar que el techo del nuevo Highmark se tapara, pero Terry Pegula deseaba un recinto outdoor, por lo que se desestimó la idea rápidamente. También abarataba los costes no montar cúpula o instalar cubierta retráctil.
Sin embargo, el feudo de los Buffalo Bills tendrá un dosel que es el punto más interesante del proyecto. Cubrirá al 60% de los aficionados de las inclemencias meteorológicas, habituales durante la temporada de fútbol americano en el norte de Nueva York, y dispondrá de un avanzadísimo sistema de derretimiento de nieve capaz de soportar hasta dos metros de polvo blanco encima de la estructura.
Como guinda del pastel, una serie de sensores ubicados estratégicamente realizarán monitoreo en directo de la temperatura y las precipitaciones, ofreciendo la posibilidad de fundir y bombear la nieve a medida que va cayendo. Y, por si fuera poco, el diseño del dosel devolverá al campo el aliento de la Bills Mafia, por lo que, además de moderno, el estadio será extremadamente ruidoso.
Otros datos de interés
Esta moderna megaestructura se ha pensado principalmente para conseguir hacer las delicias del aficionado. Con un vestíbulo de 360 grados, la visibilidad estará garantizada desde cualquier punto de la grada, sin ninguna clase de obstáculos.
Obviamente, la cantidad de material empleada en una obra así es enorme. Destacan, sobre todo, las 25.000 toneladas de acero requeridas, nada menos que 140.000 metros cuadrados de hormigón y unos mareantes 2.100 metros de cable, con lo que se rodeará cada rincón del nuevo Highmark Stadium.
Por el momento, los Buffalo Bills continúan usando su antigua casa, que este domingo 12 de enero (19.00 horas, Movistar Plus+) albergará el duelo de Wild Card de los Playoffs contra los Denver Broncos.