Fredy Guarín ha contado que empezó a consumir alcohol cuando jugaba en el Inter de Milán en 2011, una adicción que se agravó en China, adonde se trasladó desde Italia en 2016 para unirse al Shanghai Shenhua.
"Empecé a beber en el Inter, estaba sufriendo por el divorcio. Zanetti, Mancini e Icardi intentaron ayudarme, pero el problema era demasiado grande, difícil de controlar. Por eso tuve que marcharme. La situación empeoró en China. Mis hijos estaban lejos y me sentía responsable. Bebía, entrenaba y jugaba. El fútbol fue mi terapia en esos años, era lo único que me obligaba a cumplir con mis responsabilidades", ha confesado el excentrocampista colombiano.
En el 2019, Guarín regresó a Sudamérica para jugar en el Vasco da Gama, pero la pandemia agravó aún más su situación. En el 2021 fue detenido por violencia doméstica contra su padre y otros familiares.
"El mundo se detuvo y yo me sentí aún más solo. Agredí a mi padre, pero no era yo, estaba bajo los efectos del alcohol. Ahora, siempre que puedo, lo abrazo y le pido perdón. También he intentado acabar con mi vida en tres ocasiones. Dios me salvó. (…) Pedí ayuda a mi agente y a mi psicóloga", ha recordado Fredy Guarín.
"Me llevaron a una fundación, dejé de beber y volví a entrenar. Seis meses después me reencontré con mis hijos, a quienes no veía desde hacía cuatro años. (…) No me perdonaron de inmediato, pero con el tiempo lo entendieron. Ahora trabajo en la fundación junto a mi psicóloga, quiero poner mi experiencia al servicio de los demás", ha añadido el centrocampista.
Fredy Guarín, que ahora tiene 39 años, puso fin a su carrera en el 2021, jugando para los colombianos de Millonarios, y sigue viviendo en Colombia. Con el FC Porto ha ganado tres campeonatos, tres Copas de Portugal, tres Supercopas y la Liga Europa.
