Pocos en el mundo pueden decir que estuvieron al lado de los dos mejores futbolistas de todos los tiempos en sus momentos clave. Fernando Signorini es uno de ellos. Preparó a Diego Armando Maradona durante sus años más intensos como futbolista, incluyendo los Mundiales de 1986, 1990 y 1994, y fue el preparador físico del plantel argentino en Sudáfrica 2010, donde trabajó codo a codo con Lionel Messi.
Signorini deja definiciones fuertes sobre figuras clave del fútbol, y también una reflexión humana y política que trasciende la cancha.
PREGUNTA: ¿Cómo fue su experiencia con Diego en Barcelona? ¿Qué falló para que no triunfara?
RESPUESTA: La experiencia fue fantástica, el inicio del largo camino que recorrimos juntos. A partir de la lesión que le produjo Andoni Goikoetxea contra el Athletic Bilbao (el 24 de septiembre de 1983), empecé a trabajar con él. Se dice que no triunfó, pero Barcelona ganó tres de cuatro campeonatos con él. El que no ganó fue porque Diego no estuvo en 12 partidos y Schuster en ocho. Tuvo mala suerte con la salud: hepatitis y una fractura.
P: ¿Puntos a favor y en contra de Diego, y de Maradona?
R: Diego era un pibe maravilloso, divertido, ocurrente, atorrante. Una fantástica manera de relacionarse con sus afectos y amistades. Lo conocí a los 22 años y ya tenía sobre sus espaldas una responsabilidad que los demás no van a tener en toda su vida.
Gracias a Maradona pudo salir de Fiorito. El poder es tan hipócrita que cuando estaba en Fiorito muchos lo ignoraban y menospreciaban. Cuando el limón no tiene más jugo, lo tiran al costado.
P: ¿Lo que hizo en Nápoles fue una revolución?
R: Lo de Diego en Napoli yo no lo reduciría a sus conquistas deportivas. Lo que él desató, y por eso hoy es un mito y leyenda, es una especie de sismo o revolución con un fenómeno sociopolítico inesperado. Elevó la autoestima de toda la zona de Nápoles, de la Campania (Avellino, Benevento, Caserta, Nápoles y Salerno), quienes eran dejados de lado por el opulento poder del Norte.
P: ¿Usted fue de los pocos que lo ayudó desinteresadamente?
R: Yo hice lo que tenía que hacer con él. Nuestra relación siempre fue basada en el respeto, en la nobleza. Hubo gente que lo quiso muy bien, otros que estaban para sacarle ventaja. No soy quién para emitir un juicio sobre ellos.
P: ¿Quién lo abandonó? ¿Lo dejaron morir?
R: No sé si lo abandonaron y dejaron morir. Está la Justicia para eso. Que se defina en los estrados. Si son culpables, que paguen y que les caiga todo el peso de la ley. ¿Qué pasa si hay algún inocente para reinsertarse en la sociedad que los condenó sin saber? No se puede verter una opinión desde lo emocional. Tiene que ser racional. Para eso están los especialistas en ello.
Si pudiera decirle algo ahora…
P: Diego está muerto. Por más que quisiera no podría decirle nada. Le dije todo lo que tenía para decirle en mi vida. Doy todo lo que tengo y no me llevo nunca materias pendientes desde lo afectivo, porque esas son heridas que quedan y que llevan a la angustia.
P. Usted trabajó con Messi en 2010, ¿qué recuerdos tiene de aquel joven Leo? ¿Se convirtió en el jugador que esperaba?
R. Cómo olvidar a ese otro genio… que nació para disfrutarlo, no para ser explicado. Si Messi hubiera sido brasileño y Neymar argentino, diríamos que Neymar es mejor. Por eso hay que tener cuidado con las comparaciones. Se veía, como cuando orejeás las cartas en el truco y se viene la punta del ancho de espada, esto es lo mismo. Solamente necesitaba de tiempo, la relación con Diego fue maravillosa. “No se puede creer cómo juega este Enano”, decía Diego. Nació para eso, y es inexplicable que él tenga dos hermanos que fueron criados, cuidados y alimentados de la misma manera, y los otros dos no pueden hacer con cuatro manos lo que él hace con el pie izquierdo. Es un artista que juega al fútbol.
P. ¿Pensás que Leo debería en la actualidad levantar la voz como referente argentino tanto por causas que lo involucran (precio de las entradas, por ejemplo) como por causas sociales, económicas, etc?
R. Sería de gran ayuda para la sociedad argentina que Messi dijera algo respecto a la brutalidad que hay en la represión a los jubilados, de la quita de subsidios a la educación, cultura, investigación… pero uno no puede ir depositando sus expectativas en los demás. Me encantaría que lo haga, pero a su vez es injusto exigirle.
P ¿Considera a Menotti como el mejor entrenador de la historia? ¿En qué se diferencia con Mourinho y Guardiola? ¿Qué opinión le merece Bilardo?
R. Para saber quién es el mejor de la historia uno debería tener 130 años, y haber visto todo el fútbol. Es incomprobable. A los mejores no se los compara, se los disfruta. Es muy perverso hacerlo. Hay tipos que no ganaron tanto por estar en equipos inferiores. Menotti fue uno de los mejores desde el punto de vista conceptual. Muy similar a Guardiola. Mourinho es muy bueno en su estilo. Los tres tuvieron una gran relación con los integrantes de sus planteles.
Sociedad y desigualdad
“Yo soy alto, rubio y de ojos celestes, pero todo se lo debo a un negrito villero”, dijiste alguna vez. ¿Falta justicia y visibilidad para los que menos tienen?
Muchísima. Hay una gran parte de la sociedad que desprecia a los que menos tienen, pero que hacen los trabajos que ellos no quieren. Vivimos en un mundo miserable e injusto. Como decía Yupanqui: “La vanidad es yuyo malo que envenena a toda la huerta”.
Fútbol y actualidad
P. ¿Tres personajes del fútbol con los que compartiría un asado?
R. Sócrates, George Best y Johan Cruyff. Solo usaría los oídos.
P. ¿Ve algo de Messi o Diego en Lamine Yamal?
R. Tampoco hay que apurarlo demasiado. Tiene sobre sí las expectativas del mundo. No sé hasta dónde va a llegar. Me encanta verlo jugar. Es un problema de gustos. Es una perversidad compararlos. Si uno no le da nada, ¿por qué le va a exigir algo a cambio?
Es un jugador extraordinario. Deseo que sea feliz haciendo lo que hace. Que el sistema no lo haga pedazos como normalmente pasa.
P. ¿Top 5 de mejores futbolistas que viste?
R. ¿Cinco? ¡Di Stéfano dijo que hay al menos cincuenta!
P. ¿Cuál es la principal diferencia del fútbol moderno respecto al de Diego?
R. Las diferencias que hay son enormes. Pedernera a Menotti le dijo: “Lo que veo ya lo vi, pero lo que vi no lo veo”. Han cambiado los hábitos culturales, antes jugaban ocho, diez horas por día. Hoy cambiaron los hábitos sociales por la tecnología. Se les exige mucho más a los jugadores de fútbol que a los políticos. Se han dado casos de suicidio por quedar fuera de convocatorias. Los campos de juego han mejorado, pero no los jugadores. No hay libertad para el desenfado. Los jugadores salen con preocupación cuando salen a jugar. Hay mucho dinero, mucho miedo.
Selección Argentina y AFA
P. ¿Usted puede asegurar que Grondona sacó del Mundial 1994 a Maradona? Luego de aquel episodio, lo ascendieron a Vice de la FIFA y presidente de la Comisión de Finanzas. Más allá de esos nuevos puestos, ¿por qué cree que le hizo ese daño a Diego?
R. Hay que desclasificar toda la documentación. Yo digo que sí, que usaron a Maradona para poder agregarle un poco de interés a ese Mundial. Su presencia era indispensable para los sponsors, público, etc. No hacen falta tantas pruebas para saber lo que te pasa si te tirás de un piso 15. Sentido común. Diego había sido muy irreverente con el poder. Los ridiculizaba, desde muy chico. Todo se aceleró con la eliminación de Italia en el Mundial del 90, en Nápoles. Llevaba al “Che” y a Fidel grabado en su cuerpo y eso molestaba. Ese Mundial tenía que ser de Brasil porque era el último de Havelange como presidente. Pasaron cosas muy raras. Hoy no le creo a ningún resultado en el fútbol.
P. “De los que ganaron la tercera estrella, sólo uno o dos hubieran podido ser parte de los planteles de 1978 y 1986”. ¿Quiénes y por qué?
R. Solo Leo Messi, Angelito Di María y “Dibu” Martínez.
P. ¿Coincide con los que marcan que esta selección argentina es la mejor de la historia?
R. Si el “Dibu” no hubiera cruzado el pie en la final, ¿dirían lo mismo? Porque meses antes eran un desastre para los periodistas, decían que Messi era un pecho frío, que no cantaba el himno, fueron miserables con Di María y su familia, lo mismo sobre Scaloni… siempre pasa en el argentino, se da vuelta en el aire, todos esos que los discutían después se subieron al carro del vencedor. ¿Sabés por qué se fabrica tanto dulce de leche en Argentina? Por la cantidad de panqueques que hay.
P. ¿Qué opinión te merece el mandato de “Chiqui” Tapia en la AFA? ¿El torneo de 30 equipos? ¿Qué diferencias notás con respecto a la gestión de Grondona?
R. Cualquiera se da cuenta que el torneo de 30 equipos es incomprensible. Nivela para abajo, me hace acordar a las carreras de Fórmula 1, que corren 30 coches y hay cuatro o cinco que pueden ganar. Lo mismo que el Mundial de 2030, van a ser 64 equipos. Todo apuntando al gran negocio. De esto no se sale, y como dijo Menotti: “Cuando la pelota saltó de los terrenos de juego al escritorio de los grandes empresarios, el fútbol cambió para siempre”.
P¿Quién pensás que debería ser el DT de Boca Juniors? ¿Qué te parece la gestión de Riquelme?
R. Si tuviera que sugerirle un técnico a Boca, le diría a Román: “Rompan el chanchito y traigan a Pep, a Klopp o a Mourinho, para dar un golpe de efecto”.