"Tengo la impresión de haber entrado en una fase de estabilidad en este momento y me encuentro bien, hago ejercicio, bicicleta, me ocupo. Y lo más importante, el cáncer no es en lo primero que pienso cuando me despierto por la mañana ni lo último cuando me acuesto", declaró el escocés de 49 años a la cadena Sky Sports.
Hoy anunció el año pasado que los médicos le detectaron una forma de cáncer incurable y que le quedaban entre dos y cuatro años de vida. Su esposa, Sarra, también sufre de esclerosis múltiple.
"Nos hemos habituado a un ritmo que forma parte de nuestras vidas, lo controlamos y vamos adelante. Tengo la impresión de estar viviendo estos últimos meses uno de los periodos más cargados de mi vida, con mucho por hacer: divertirse, ocuparse de la familia, trabajar, viajar", añadió el exciclista, que sigue sometiéndose a un tratamiento de quimioterapia.
"Disfruto de la vida como nunca. No es sólo hacer grandes cosas, se trata de apreciar el placer cotidiano y banal de la vida", concluyó el deportista retirado en 2013.