El asturiano, por culpa del imprudente Lawson, se quedó con su Aston Martin roto en mil pedazos en el esprint. Sus mecánicos pudieron arreglarlo lo suficiente como para que saliera a la pista de Miami, pero ese coche no estaba en condiciones de competir por mucho que las manos de Magic Alonso estuvieran sobre el volante. Se quedó en la Q1 en 17º lugar, sólo por delante de Gasly, Stroll y Bearman, y justo por detrás de Hulkenberg.
En la Q2, donde la igualdad fue la nota común, cayó Lewis Hamilton. Su tercera posición en el esprint parece más fruto de la buena estrategia que usó Ferrari que de la conducción del inglés, que no termina de sacar lo mejor de él. También quedaron fuera de la lucha por la pole Hadjar, Bortoleto, Doohan y el amante neozelandés de los coches choques.
Gran actuación de Sainz
Si no ven el nombre de Carlos Sainz hasta ahora es que hay buenas noticias. Porque el madrileño, con ganas reivindicarse y de poner el Williams donde de verdad se merece, consiguió pasar a la Q3 con muy buenas sensaciones. Obviamente, no da para luchar por la pole, pero tanto él como su compañero mostraron lo bien que están trabajando en la histórica escudería británica. Carlos saldrá sexto, escoltado por detrás por Albon. Qué importante será la salida para ambos.
Por delante de ellos, claro, los cocos. Y el primero en marcar territorio, el tetracampeón. Un Verstappen que corre ya como padre en este evento estadounidense y que dio el primer zarpazo, que nadie pudo igualar. Ni siquiera los McLaren. No contento con ello, por si las moscas, el neerlandés exprimió un poco más su Red Bull y volvió a mejorar en su último intento para quedarse con la primera plaza, dejando con la miel en los labios a los papaya. Norris se quedó a 65 milésimas y Antonelli, otra vez él con su Mercedes, a 67. Piastri saldrá cuarto y Russell compartirá línea en la parrilla con Sainz.