Era claro que McLaren se convertiría en el equipo a batir. Norris y Piastri lucharán por el Mundial. Son ellos contra el resto del mundo, un resto del mundo que por el momento deja sensaciones a nivel individual positivas para Max Verstappen (en especial por su competitividad y su capacidad de lucha) y no tan buenas para Red Bull, que ha pasado de Checo Pérez a Lawson y de Lawson a Tsunoda en menos de un año.
Algo en Red Bull no anda bien. Empiezan a sonar rumores de cambio en el entorno de Max Verstappen, quien por el momento mantiene una política de prudencia extraña a sus explosivas declaraciones habituales.
Red Bull nos tenía acostumbrados a permanecer en lo más alto de cada Gran Premio. McLaren ahora pretende (y consigue) robarse ese protagonismo. Ferrari, el protagonista del mercado (con la contratación de Lewis Hamilton), mientras tanto, pierde cada día más ritmo y desaparece poco a poco.
Ninguno de los dos Ferrari ha mostrado el rendimiento esperado: Leclerc es quinto en el Mundial con 47 puntos, lejos de los 87 de Verstappen (3º). Hamilton es séptimo con 31. Tan sólo un podio del piloto monegasco adornan los logros de la escudería italiana en lo que va de 2025.