Más

Pauline Ferrand-Prévot gana el Tour con otra victoria en solitario

Pauline Ferrand-Prévot
Pauline Ferrand-Prévot JULIEN DE ROSA / AFP
Pauline Ferrand-Prévot no flaqueó en la última etapa entre Praz-sur-Arly y Châtel Les Portes du Soleil. La francesa lanzó un ataque decisivo a falta de seis kilómetros para la meta y ganó su segunda etapa consecutiva y el Tour de Francia por todo lo alto.

Les Portes du Soleil no podía ser mejor nombre para Pauline Ferrand-Prévot (33) y el ciclismo francés. Al término de esta novena y última etapa, ganada con autoridad y compostura, PFP ha añadido el Tour de Francia a su palmarés en su primera participación. A sus 33 años, ha engrosado un palmarés ya asombroso y se ha consolidado como una de las mejores deportistas francesas de todos los tiempos, si no la mejor después de este triunfo total.

PFP, pronto en solitario

Una salida cuesta abajo no siempre es una experiencia relajante. Segunda en la general, Sarah Gigante sufrió un golpe demoledor, como era de esperar dadas sus carencias en este terreno. Más sorprendente aún, Ferrand-Prévot se escapó en los primeros kilómetros y se situó a 30 segundos del pelotón liderado por FDJ-Suez. La australiana fue capaz de alcanzar al grupo del corredor francés, pero las bielas hicieron que el inicio de la etapa fuera tenso, ya que la côte d'Arâches-la-Frasse (6,3 km a una velocidad media del 7,1%, 1ª categoría) se vislumbraba en el horizonte.

La situación volvió a la normalidad, aunque PFP perdió a varios compañeros de equipo, hasta el punto de encontrarse sola a falta de 95 kilómetros. Molesta por no haber llegado a la Madeleine, a más de nueve minutos de Ferrand-Prévot, Anna van der Breggen lanzó una serie de ataques, que causaron mucho daño en el pelotón... o más bien en lo que quedaba de él, a lo sumo una decena de corredoras.

La corredora holandesa no corría peligro en la general, pero sacó un minuto de ventaja y se puso en cabeza. Tras el descenso, algunos kilómetros de valle y el último sprint intermedio sin nada en juego puesto que Lorena Wiebes ya tenía asegurado el maillot verde, van der Breggen atacó la terrible subida de Joux-Plane (11,6 km al 8,5% de media, fuera de categoría).

La batalla por el segundo puesto

Justo antes del inicio de la subida, tres corredoras se fueron al suelo: Katarzyna Niewadoma, tercera de la general, Cédrine Kerbaol, quinta, y su compañera de equipo Noemi Ruegg. Mientras que la polaca pudo volver a unirse a las favoritas a pesar de sufrir un pinchazo en la rodilla, no pudo decirse lo mismo de la francesa, que nunca pudo alcanzarlas y vio cómo su Top 5 se evaporaba.

Las primeras rampas resultaron fatales para Evita Muzik, 10ª en la general y compañera de equipo de Demi Vollering, escoltada ahora en solitario por Juliette Labous. Gigante se puso al frente del grupo de maillots amarillos para sacar algo de aire a sus rivales, pero también para intentar abrir hueco en el descenso. Labous se quedó descolgada, pero el grupo se paró, lo que le permitió reincorporarse, mientras Kerbaol recortaba distancias.

Gigante se puso en cabeza a falta de cinco kilómetros, seguida de PFP, Vollering, Niewadoma y Niamh Fisher-Black. La ventaja de Van der Breggen se redujo rápidamente en unos veinte segundos hasta 1'30. El ritmo bajó y de nuevo Labous remontó, acompañado por Dominika Wlodarczyk.

En dos ocasiones, Vollering volvió a pisar el acelerador para presionar a Gigante en el cambio.

La australiana perdió rápidamente tanto tiempo que perdió su puesto en el podio e incluso en el Top 5 cuando llegó el Col du Corbier (5,9 km con una pendiente media del 8,3%, primera categoría), la dificultad final del Tour. Para Ferrand-Prévot, fue de terciopelo porque esta batalla por los puestos de honor le interesaba, sin gastar energías para el final.

La escapada de Van der Breggen llegó a su fin a 4,5 km de la cima. A más de dos minutos del grupo del maillot amarillo, Gigante ascendió a la cuarta plaza de la general, mientras que Labous, que seguía allí, aseguraba el tren de cabeza... antes de volver a hacer el acordeón en el descenso con Wlodarczyk. La australiana acabó pagando el precio de sus esfuerzos en solitario y terminó con más de tres minutos de desventaja.

Ferrand-Prévot entra en la historia

Ahora era la etapa la que estaba en juego en este final cuesta arriba. Todavía quedaban seis, entre ellas dos francesas, aunque las posibilidades de Labous, que seguía liderando el grupo, eran mínimas. Con 22 segundos de ventaja sobre Vollering en la clasificación general, ¿iba Niewadoma a mover ficha a pesar de las secuelas de su caída?

Fue la corredora holandesa quien atacó primero a falta de siete km, sin marcar ninguna diferencia. Esta vez, Labous ya no podía más. Y fue Ferrand-Prévot quien contraatacó con una marcha loca. Fisher-Black intentó aguantar, pero no pudo, ya que la francesa aceleró de nuevo, y para bien. Fue alcanzada por Vollering y Niewadoma, pero este grupo jugó a batirse.

Menos espectacular que el sábado en la Madeleine, PFP fue al límite de sus fuerzas, mientras que el trío que iba detrás de ella también estaba totalmente fundido. ¿Fue una sonrisa de dolor o lágrimas de alegría? Probablemente ambas cosas. Vestida de amarillo dorado y extasiada, Ferrand-Prévot se llevó todo el protagonismo, sola para celebrar esta gesta, al final de su carrera. La clasificación de la etapa fue la clasificación general, con Vollering por delante de Niewadoma.

Sin rivales, la corredora del Rémoise añade su nombre al palmarés del Tour de Francia, una edición 2025 marcada por cuatro victorias de etapa francesas consecutivas y cuatro corredoras en el Top 10 (Labous 7ª, Kerbaol 8ª y Muzik 10ª). ¡Fenomenal!